Una política impulsada por las cajas de compensación familiar es el auxilio de desempleo, enfocado en los 700 mil afiliados que quedaron desempleados en la pandemia.
La clase media se ha visto vulnerable y es donde más empleos se ha perdido.
Una política impulsada por las cajas de compensación familiar es el auxilio de desempleo, enfocado en los 700 mil afiliados que quedaron desempleados en la pandemia.
La clase media se ha visto vulnerable y es donde más empleos se ha perdido.
Durante el seminario virtual ¿Cómo llevar el empleo a niveles prepandemia?, organizado por Anif y Fedesarrollo, Adriana Guillén Arango, presidente ejecutiva de Asocajas, destacó el papel del gremio en la reactivación del mercado laboral y la empleabilidad en Colombia.
«Las cajas tienen la red de empleo más grande del país con más de un millón de vacantes de empleo, donde en pandemia el 60 % fueron ocupados por mujeres», destacó.
Se cuentan con 42 agencias de empleo y 86 centros de empleo. A través de toda esta infraestructura hay 706.711 personas registradas, se han realizado 741.009 jornadas de orientación y laboralmente se han ubicado 231.541 personas.
En medio de la reactivación, las cajas proponen pensar en un sistema productivo más cercano donde las empresas se involucren en la capacitación de las personas que acceden al sistema laboral.
Además, «para el gremio es muy importante avanzar en formación, modificar el sistema general de cualificaciones y exigir habilidades y competencias que le permitan a las personas vincularse laboralmente», resaltó Guillén Arango.
Desde su punto de vista, hay que invertir más en el recurso humano, en las capacitaciones y las actividades que se ofrecen en las instituciones. Hay que basarse en tres pilares:
En el año 2019 se tenían 9,7 millones de trabajadores formales afiliados a las cajas de compensación familiar. En el año 2020, por su parte, se redujo a 9 millones de afiliaos, lo que significa que se presentó una cifra de 700 mil trabajadores que perdieron su empleo formal.
Hoy, las cajas de compensación cuentan con un total de 9,3 millones de personas afiliadas, cifra del cual el 98,2 % son trabajadores dependientes y el 9,8 % son independientes, pensionados y personal del servicios doméstico.
De esos 9,3 millones, el 76 % cuenta con ingresos inferiores a 2 salarios mínimos legales mensuales vigentes -smlmv-, y el 10 % entre dos y cuatro smlmv.
«La clase media se ha visto vulnerable y es donde más empleos se ha perdido. Las cajas de compensación familiar tratan que se presente una movilidad ascendente y que estas personas caigan en situación de pobreza», afirma.
De los aportes del 4 % que realizan los empleadores en el país, el 11 % está destinado al mecanismo de protección al cesante y promoción al empleo. «Desde el año 2013 hasta la fecha se han invertido cerca de 5 billones de pesos en políticas activas y pasivas que buscan movilizar el mercado laboral», describe.
Una de las políticas impulsadas por las cajas de compensación familiar es el auxilio de desempleo, enfocado en los 700 mil afiliados que quedaron sin empleo. Gracias a este auxilio en el 2020 se llegó a 350.064 personas, personas que ganaban menos de cuatro salarios mínimos.
En total, el fondo de desempleo aportó $747.907 millones de pesos para las personas que habían estado vinculadas a las cajas de compensación, pero quedaron en situación de desempleo, y se les dio un auxilio distribuido en tres meses, en promedio, equivalente a $2.534.352.
Dentro de los datos entregados por la líder gremial, indicó que en el país 48 % de los ocupados informales están en las ciudades, en contraste con un 86 % en zona rural. Además, el 22 % son trabajadores formales por cuenta propia.
Para revertir lo anterior se propone: