La mentalidad del 78 % de los colombianos indica que, si las personas denuncian los casos de corrupción, sufrirán represalias. A su vez, el 58 % afirma que es poco probable que reportar un hecho de corrupción conduzca a la adopción de medidas. En nuestro país hay una fuerte cultura de compra de votos.
A la proliferación de riesgos electorales se suma la falta de recursos para los controles que se deben ejercer. Hasta el momento se han recibido 939 denuncias por trasteo de votos, y los grupos armados al margen de la ley también son amenazas en 268 municipios colombianos.
Seguramente muchos muertos ejercerán su derecho al voto el próximo 30 de octubre. De igual manera, jurados ficticios aparecerán en las urnas. Actualmente hay 64 formas de fraude electoral y las anteriores son dos estrategias que siguen estando de moda en vísperas de elecciones. Control, por favor.