De acuerdo con lo señalado en la NIA 500, dentro de la labor del auditor se tiene la responsabilidad de reunir las evidencias que sean útiles en la generación de las conclusiones que se deben presentar como resultado del procedimiento de auditoría, y establecer las herramientas para la recolección de la información.
El auditor interno debe presentar documentos donde se registren las actividades realizadas, la evidencia de sus hallazgos y las conclusiones a las cuales ha llegado. Quienes reciben el informe deben tener claros los procedimientos aplicados, el momento en que se realizó la auditoría y los diversos juicios realizados.