La contaduría pública se configura como una profesión interdisciplinaria que no solo responde al sentir económico de la actividad empresarial, sino que además cuenta con un compromiso social.
Por ello, el contador adquiere un alto grado de responsabilidad en el desarrollo de sus funciones.
El profesional contable al estar inmerso en un ambiente de formación interdisciplinar tiene a su cargo un alto grado de responsabilidad, razón por la cual tiene que estar atento a los riesgos que sobre él recaen y que se pueden mitigar con el cumplimiento del Código de Ética profesional.
El CTCP precisa que no existe normatividad que estructure inhabilidad para que un contador público acepte ser contador de una sociedad de un familiar. Sin embargo, es importante tener en cuenta las posibles amenazas que afectarían de manera directa la objetividad del cargo, debido a que se podría configurar un conflicto de interés como lo establece el código de ética.
El Consejo Técnico de la Contaduría Pública –CTCP–, en el Concepto 518 del 24 de junio del 2016, aclaró conceptos relacionados con la responsabilidad del contador público frente a la información financiera de la entidad contratante y señaló que esta se limita a la vigencia del contrato. Lo anterior toda vez que el profesional contable no está en obligación de responder por situaciones ocurridas antes de iniciar la labor por la cual fue contratado.