El COVID-19 ocasionó que se priorice el equilibrio entre el trabajo y la vida para los contadores.
La IFAC pide a la profesión contable que haga de la igualdad de género una realidad, un hecho.
Los contadores deben asumir la responsabilidad personal de su aprendizaje y desarrollo profesional.
El COVID-19 ocasionó que se priorice el equilibrio entre el trabajo y la vida para los contadores.
La IFAC pide a la profesión contable que haga de la igualdad de género una realidad, un hecho.
Los contadores deben asumir la responsabilidad personal de su aprendizaje y desarrollo profesional.
La Federación Internacional de Contadores –IFAC, por sus siglas en inglés– enfatizó en la importancia del contador público como persona y profesional, en su publicación Embracing a people-centered profession. Particularmente, enfatiza en la idea de que los contadores son aprendices de por vida, y promueve una mayor diversidad e inclusión.
La publicación analiza la importancia de atraer, desafiar y retener a personas talentosas que adoptan los componentes básicos de la contabilidad en términos de la educación, el juicio profesional, la ética y los valores.
De igual manera, se explica que la pandemia del COVID-19 ha causado que este elemento humano de la profesión sea aún más crítico, con la necesidad de priorizar el equilibrio entre el trabajo y la vida, la salud mental y el alcance comunitario.
“Nuestro nuevo punto de vista se centra en el aspecto humano de nuestra profesión”, manifesta Kevin Dancey, director ejecutivo de la IFAC.
Y agrega:
“A través de esta mentalidad, abordamos cuestiones como la igualdad de género, la diversidad (tanto de personas como de habilidades), equilibrio entre la vida laboral y personal, la salud mental y el aprendizaje permanente. Si bien muchas de las opiniones expresadas no son nuevas, la IFAC cree que es importante transmitir un mensaje claro como la voz mundial de la profesión contable”.
La publicación también enfatiza la necesidad de lograr una mayor igualdad de género y una cultura de diversidad e inclusión, apoyando los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas para empoderar a mujeres y niñas con el propósito de que tengan las mismas oportunidades de liderazgo.
“IFAC pide a la profesión contable mundial que haga de la igualdad de género una realidad, un hecho, no un objetivo. Es importante destacar que no hay igualdad de género sin igualdad de compensación», se afirma en la publicación.
Para la IFAC, la diversidad no tendrá éxito sin una inclusión significativa, y el órgano pide no solo la diversidad de la fuerza laboral, sino también una diversidad de perspectivas para una mejor toma de decisiones y una mejor gestión empresarial.
Además, la IFAC aconseja a los contadores que asuman la responsabilidad personal de su aprendizaje permanente y desarrollo profesional, y sus empresas actúan como socios clave en estos esfuerzos educativos.
También enfatiza en la ética y el desarrollo profesional continuo como partes integrales de este aprendizaje, y para lograrlo recomendó el estudio y uso del Código de Ética para contadores públicos.
“Eventos como el COVID-19 nos recuerdan que la nuestra, es una profesión impulsada por individuos”, expresa Dancey.
Además, resalta la dimensión personal de los contadores, al decir que estos son:
“Personas con sus propios talentos, antecedentes, aspiraciones y desafíos. Reconocer y apreciar las características individuales de los contadores públicos ayuda a fomentar un entorno donde la confianza y el juicio pueden prosperar, y es fundamental para la relevancia continua de la profesión».