En este formato abordamos tres casos prácticos sobre la contabilización de la depreciación.
Para hallar el monto a depreciar de un activo, se debe estimar su vida útil y valor residual, además de elegir el método de depreciación más apropiado según el uso que se le piense dar.
La depreciación es un procedimiento contable mediante el cual se reconoce el desgaste del valor de un activo por su contribución a la generación de beneficios económicos.
Recordemos que la vida útil de un activo es el tiempo durante el cual una entidad espera utilizarlo o el número de unidades que se espera producir del mismo.
El valor residual, por su parte, es el valor que se espera obtener por el activo al final de su vida útil. Hay que tener en cuenta que si este valor no es significativo se puede establecer en $0.
En cuanto a los métodos de depreciación, los Estándares Internacionales no señalan un método especifico, sino que requieren que se elija el método que mejor refleje el patrón de consumo de los beneficios económicos que genera el activo. El párrafo 17.22 del Estándar para Pymes menciona a manera de ejemplo los métodos de depreciación lineal, el basado en el uso del activo y el de depreciación decreciente.
Te presentamos este video en el cual Diego Guevara responde al siguiente interrogante: si un vehículo que se utiliza para trabajar en una actividad productora se paga en cuotas, ¿se puede deducir como costo o gasto el valor de la depreciación?
La depreciación de un activo se contabiliza como:
Teniendo en cuenta lo anterior, en este formato compartimos tres ejercicios sobre la contabilización de la depreciación bajo Estándares Internacionales: