José Curvelo dice que antes de dar un título profesional a los contadores públicos debe haber una debida supervisión de las prácticas.
Hernando Bermúdez afirma que las instituciones de educación superior están invirtiendo poco en la infraestructura necesaria para una adecuada educación contable.
Para Miguel Acero la comunicación de los programas de contaduría pública con las necesidades del medio, en el ámbito organizacional, resulta débil por no decir nula.
Es supremamente importante que desde la academia se eduquen contadores públicos con habilidades, conocimientos de calidad y modernos, pero para lograrlo, quienes transmiten ese conocimiento también deben estar preparados y ser competitivos. ¿Cuáles son los lunares que se presentan desde la academia al respecto?
Hernando Bermúdez, profesor del Departamento de Ciencias Contables de la Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá, editor de Contrapartida, afirma en dialogo con Actualícese que, «hay que fortalecer el estudio de los sistemas de información, profundizar en la contabilidad administrativa y mejorar la calidad de los servicios de aseguramiento a la luz de los anhelos del interés público».
Para lograrlo, desde su punto de vista, las instituciones de educación superior, profesores y estudiantes, egresados, deben realizar un inmenso esfuerzo.
«En mi concepto, las instituciones de educación superior (no solo las universidades) están invirtiendo muy poco en la infraestructura necesaria para una adecuada educación contable», critica.
Por lo tanto, deberían fortalecerse los criterios mínimos de calidad que todos deben cumplir. Específicamente, los temas relacionados con sistemas de información y con el acceso a la documentación técnica requieren de grandes recursos.
Afirma que las instituciones de educación superior deben contar con profesores que hayan estudiado a fondo. «En la universidad Javeriana, por ejemplo, iniciamos estudios sobre Normas Internacionales hacia 1992 y abrimos especializaciones hacia el 2000. Cuando las normas se hicieron obligatorias estábamos listos y con otras preocupaciones», describe.
Además, los profesores deben demostrar las competencias que poseen ante sus pares. «Hay muchas formas: exposiciones, escritos, participación en centros de estudios, en redes académicas, etc», dice.
José Obdulio Curvelo, decano nacional de Contaduría Pública de la Universidad Cooperativa de Colombia, afirma en #CharlasConActualícese que, antes de dar un título profesional de contador público debe haber una debida supervisión de las prácticas.
«No podemos seguir dejando al libre albedrío que la práctica la hizo Pepito Pérez sin supervisión. Antes de dar un título hay que supervisar la práctica, que el estudiante haya hecho las cosas bien, verificar que los procesos realizados hayan estado bien. Nadie está verificando la relación estudiante- puesto de práctica-profesor», puntualiza.
Para él, este es un tema que no puede seguir a la deriva. «Que quede claro que un estudiante, antes de darle un título profesional, debe evidenciar que cumple con las horas de entrenamiento. No se le puede dar un título y que luego gane experiencia por su cuenta. Me parece que este tema se ha postergado mucho y es urgente. Esto nos dará un perfilamiento de lo que está pasando con los egresados», afirma.
A Curvelo le gusta la idea de un consultorio certificado, una estrategia donde un profesor tiene a cargo máximo a diez estudiantes, lo que hace que la educación sea más personalizada.
Si, por ejemplo, el estudiante está realizando una práctica y tiene contrato con alguna empresa, no hay problema, puede entrar al consultorio y firmar un contrato con la empresa para supervisarlo durante un período determinado. Debe ser innegociable que antes de graduarse los estudiantes evidencien resultados», dice.
Para Miguel Ángel Acero, contador público, especialista en Ciencias Fiscales y Tributarias, magíster en Gerencia y Auditoría Tributaria, docente, CEO de Acero Auditores y Asesores, es urgente modernizar la forma de enseñar la contaduría pública en Colombia.
En el diagnóstico que realizó Acero en #CharlasConActualícese, existen universidades que presentan problemas en la estructuración y reflexión sobre lo pedagógico: «En algunas persiste una orientación pedagógica tradicional y conductista».
Los planes de estudio están construidos de forma agregada y es visible la ausencia de núcleos integradores. Además, en algunos currículos persiste una dosis importante de inflexibilidad.
Por otra parte, la comunicación de los programas de contaduría pública con las necesidades del medio, en el ámbito organizacional y comunitario, resulta débil por no decir nula.