Comenzamos nuestro especial del Día del Contador Público colombiano 2019. En el transcurso de esta semana dialogaremos con destacados profesionales y compartiremos sus puntos de vista, con miras a reflexionar sobre lo que se viene para la contaduría y cómo debemos afrontar esos retos.
Nuestro primer invitado es Álvaro Fonseca Vivas, contador público y revisor fiscal con experiencia en auditoría financiera, forense y de gestión, además magister en docencia. Él afirma que el perfil del contador público nacional se ha reinventado de la mano de los Estándares Internacionales de Contabilidad y Auditoría.
En la actualidad las organizaciones empresariales se están moviendo bastante, y cada día pasan más rápidamente al uso de la automatización y de la respuesta rápida para la toma de decisiones en el registro contable de sus operaciones. Este cambio sístémico no solo ha afectado la forma como operan los negocios, sino también el papel cotidiano de las funciones de los contadores, que si lo miramos desde nuestro mercado aún trabajan con el mismo software que dicho mercado ofrece, con unas pocas variables, el resto usted encuentra que se lleva en Excel (la contabilidad y los documentos auxiliares).
Lo anterior no es ninguna garantía de la calidad o del aseguramiento de la información que el contador le entrega para la toma de decisiones a los dueños de esos insumos, bien sea por sus precios, o por la costumbre de seguir haciendo siempre lo mismo, pues así lo aprendió y no conoce otra forma. Por supuesto, hay excepciones, algunos trabajan de forma interesante con herramientas tecnológicas, y no es que estas los reemplacen, es solo que hacen buen uso de ellas.
Creo que sí ha cambiado el perfil del contador público en Colombia, porque con los Estándares Internacionales de Contabilidad y Auditoría que se aplican en los reportes financieros desde lo full NIIF para las organizaciones empresariales del grupo 1, hacen que la labor del contador colombiano respecto de la de un profesional de otro país en las mismas condiciones de mercado global sea más competitiva. En conclusión, el contador colombiano es más financiero que tenedor de libros, por la digitación de los paquetes de contabilidad que vende el mercado.
En cuanto al grupo 2, todavía no se ha entendido el papel que juega el contador público respecto de los reportes financieros, los cuales han sido adaptados a las necesidades de las pymes. Estos no pueden ser comparados con los de otros países porque las normas son diferentes. Es por ello que hay que leer mucho, estudiar y establecer ejercicios que se ajusten a la economía colombiana.
Respecto a lo dicho, es una dificultad que todavía no ven las directivas de las universidades, porque los docentes no han sido capacitados en las nuevas tendencias de la contabilidad financiera, no solo en la disciplina contable sino en las demás que tienen injerencia en la preparación de la información de las organizaciones, y tampoco se los ha preparado para entender la importancia de las políticas empresariales, que concluyen en las contables.
En el caso colombiano aún no lo veo, porque los contadores realmente no están preparados para enfrentar con seriedad lo que son los reportes financieros presentados tal como lo exigen los Estándares Internacionales. No se han preparado lo suficiente, y los que lo están haciendo lo vienen realizando en organizaciones empresariales que son sucursales de multinacionales, de ahí la gran ventaja de manejarlas.
La competencia cada día es mayor por el desconocimiento que se mantiene, incluyendo tanto el de los profesores de las grandes ciudades como el de los de los municipios, que mucho menos han tenido la preparación suficiente en el tema. En especial en los ejercicios, que para cada organización empresarial son diferentes, por las actividades que desarrolla, por lo que sus políticas y procedimientos son distintos los unos de los otros, como también lo son el catálogo y la taxonomía de la presentación de los registros contables de la de los reportes, y el aseguramiento de la calidad.
Los temas que yo considero que son importantes son los siguientes (muchos de los cuales en Colombia aún no han sido solicitados, pero tarde o temprano nos tocará manejarlos): la presentación de reportes como los International Reporting –IR– y los General Reporting Initiative –GRI–; los objetivos del desarrollo sostenible –ODS– del programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo –UNDP–; el manejo de los costos y gastos; los instrumentos financieros; los impuestos diferidos; la obsolescencia en las PPyE y en los inventarios; el deterioro de las cuentas de instrumentos financieros (como en las propiedades planta y equipo y los inventarios).
De igual manera, el interés nominal; el interés efectivo; el interés real; las matrices y la administración del riesgo; las opciones financieras; los derivados financieros; los commodities; los flujos de efectivo proyectados; el manejo de los beneficios de los empleados con la proyección de la vida productiva de cada funcionario; los híbridos; las notas a los estados financieros; las compensaciones; la hiperinflación; las políticas empresariales y las políticas contables; el XBRL y el financiamiento sostenible, entre otros.
Todos los temas expuestos son fundamentales, y hay que diferenciarlos de los de las empresas que pertenecen a los grupos 1, 2 y 3, para poder como mínimo manejarlos, no dominarlos, pues esto nos llevará unos diez años, así se diga en el medio que hay expertos en ello.
Esto se ha estado trabajando más por los que hemos sido directores de programa y por algunos profesores, pero no es fácil. En especial porque no hay un apoyo por parte de las directivas de las instituciones de educación superior, porque la profesionalización solo se ve desde lo comercial, y no importa la calidad. Ellos no solo no entienden la importancia de preparar a los técnicos profesionales, tecnólogos y profesionales de la disciplina contable, tampoco la de preparar a los de las demás disciplinas que son parte fundamental dentro de la preparación de los reportes financieros, incluyendo a las mismas instituciones de educación.
Los gremios tampoco apoyan la preparación de los futuros contadores, solo se los ve llenando salones de capacitaciones teóricas más no técnicas, y de otros aspectos en los cuales podrían ingerir o hacer presión ante los entes de control, el Ministerio de Educación Nacional, el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, el Ministerio de Hacienda… incluso ante el mismo Estado, para el fortalecimiento de la calidad de la información que deben presentar las organizaciones empresariales; pero no lo hacen. En síntesis el panorama en este momento no es alentador, porque no se tiene el nivel esperado para adelantar el mejoramiento de lo que sucede y se requiere actualmente, aún hay que trabajar mucho para ello.
Desafortunadamente todavía no hemos podido conquistar ese espacio que debemos tener dentro de las directivas de las organizaciones, como el asesor y consultor que apoye en la toma de decisiones. La labor se ve como la de quien sigue cerrando rutinariamente todos los meses los estados financieros y no haciendo proyecciones financieras. Esto no quiere decir que le quitaremos el papel a otras disciplinas, sino que por el contrario apoyaremos con más criterio, porque seguiremos estando en el corazón de las organizaciones, y las conocemos muy bien desde lo contable y financiero.
Todavía se cree que el contador está para realizar declaraciones de impuestos y presentar estados financieros atrasados y no online, en parte por ello no fortalecemos la parte tecnológica, y en parte por ello se ve tanta competencia desleal en cuanto a los honorarios y salarios. La integralidad que se vende en las instituciones no se ve, en especial la ética, los valores y el Estado nos amenazan con sanciones si no denunciamos actos de fraude o delitos.