Hernando Bermúdez afirma que, con la modernización de la Ley 43 de 1990, seguramente se aclararían varios asuntos de procedimiento en la enseñanza y se reforzaría una visión social de la profesión.
No cree que, en la parte técnica, a la hora de transmitir conocimientos contables se avance mucho.
Mauricio Gómez afirma que en la universidad se debe promover un pensamiento crítico para resolver problemas.
Se debe mejorar la aplicación de los estándares de la profesión, pero más allá de la aplicación técnica.
La pandemia ha generado incertidumbre en la forma en la que enseñan las universidades.
A través del Decreto 1280 de 2020 las instituciones de educación superior podrán aplicar a una línea especial con Findeter, con un plazo de hasta 5 años y dos de gracia y la ampliación del beneficio hasta junio de 2021.
La Asociación Interamericana de Contabilidad –AIC– hizo un llamado a los docentes para que utilicen herramientas virtuales en época de cuarentena.
Con plataformas digitales pueden realizar seguimiento de actividades, subir materiales y tener comunicación con sus estudiantes.
Ministerio de Salud y Protección Social, junto al de Educación invitó al desarrollo normal de las actividades académicas, pero teniendo en cuenta pasos para prevenir el COVID-19.
Pedro Luis Bohórquez, Luis Miguel Obando, Leonardo Varón García y Waldo Maticorena coinciden en que la oferta educativa por parte de universidades y demás entidades ha avanzado, e incluso está a la vanguardia de todo lo que implica la formación de los nuevos profesionales contables.
Álvaro Fonseca y Ana María Gaitán explican en Actualícese una serie de puntos que deben ser tenidos en cuenta por instituciones educativas a la hora de formar contadores públicos y que involucran a los docentes, planes y programas de estudio, y hasta el mismo Ministerio de Educación.
Las instituciones educativas no se pueden quedar rezagadas en el terreno de los Estándares Internacionales y no deben fomentar la aplicación de normas desactualizadas. Esa es la gran conclusión que cuatro contadores públicos tienen sobre la forma en que las universidades deben guiar a los estudiantes.
Los egresados del Cesa y de los Andes son lo que más ganan. El salario promedio más alto para un egresado de un programa de pregrado como administración de empresas es de $3’800.000. Un par de datos, entre otros, revelados por el sondeo del Observatorio Laboral para la Educación del Ministerio de Educación.