El trabajo del contador público es crucial en la estructura gubernamental y sirve para respaldar la transparencia, la rendición de cuentas y la legalidad.
La adopción de la contabilidad basada en el principio del devengo y de las Normas Internacionales del Sector Público es una prioridad urgente.
La IFAC, en su documento Expertos contables y auditores: un papel determinante en la lucha contra la corrupción, afirma que la profesión contable y auditora debe buscar crear un marco ético para ayudar a contadores públicos y auditores a manifestarse cuando identifican casos de fraude o corrupción.
Los contadores públicos y auditores son parte de la estructura de gobierno al servicio de la lucha contra la corrupción, y sus contribuciones se intensifican cuando el resto de dicha estructura es más fuerte.
La relación entre la participación continua de los contadores públicos y auditores en la fuerza laboral y una mejor puntuación en los índices globales de corrupción es superior en los países del G20 y aquellos donde se ha adoptado una legislación contra el blanqueo de capitales alineada con las recomendaciones internacionales.
El trabajo de los contadores públicos y auditores es crucial en la estructura de gobierno de las economías y, junto con otros elementos clave, sirve para respaldar la transparencia, la rendición de cuentas y la legalidad.
Existe una fuerte relación entre el porcentaje de contadores públicos y auditores que integran la fuerza laboral con una mejor puntuación en los índices globales de corrupción.
Para IFAC, las cualidades centrales que caracterizan a los contadores públicos y a los auditores están establecidas en el cumplimiento del Código de Ética, requerimientos de formación continua, así como la existencia de unos mecanismos de supervisión y seguimiento constante.
La relación con puestos favorables en los índices de corrupción es tres veces superior para los profesionales comprometidos con las anteriores cualidades frente a aquellas personas que, aunque se identifican como expertos contables o auditores, no poseen las cualificaciones profesionales.
Para IFAC, trabajar unidos es sinónimo de reforzar el gobierno, la transparencia y combatir la corrupción. Todos los que juegan un papel clave en la estructura de gobierno de nuestras economías, incluidos profesionales, empresas y gobiernos, tanto en el sector público como en el privado, deben colaborar para adoptar normas de gobierno claras para todas las organizaciones.
Por otra parte, la gestión financiera deficiente continúa siendo una cuestión significativa en muchos países y tiene un impacto negativo en la rendición de cuentas y transparencia de la toma de decisiones.
La adopción de la contabilidad basada en el principio del devengo y de las Normas Internacionales del Sector Público –IPSAS– por todos los gobiernos e instituciones públicas es una prioridad urgente.
Finalmente, como apoyo al interés público, la adopción global de las Normas Internacionales de Información Financiera, de Auditoría y el Código de Ética debe crecer.
Ello incluye la adopción e implementación en todos los países de las Normas Internacionales de Información Financiera, de las Normas Internacionales de Auditoría y del Código de Ética para Profesionales de la Contabilidad, emitido por el Consejo de Normas Internacionales de Ética para Contadores, y de las IPSA. Estas normas tienen un nexo de unión entre los sectores público y privado.