Antes de la Reforma Tributaria, los empresarios tenían unas cargas fiscales con relación a la nómina, lo que era considerado por algunos expertos, como un obstáculo para la generación de empleo formal en el país. Por esto, con la Ley 1607 de 2012, el gobierno desmontó el pago de algunos parafiscales – SENA (2%) e ICBF (3%) -, para aquellos contribuyentes pertenecientes al régimen ordinario y que en sus nóminas cuenten con trabajadores cuyos salarios estuvieran por debajo de los 10 SMMLV. Esta exoneración del 5% de los aportes sobre nómina al SENA e ICBF se hizo efectiva a partir del 1 de Julio de 2013.