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Este artículo fue publicado hace más de un año, por lo que es importante prestar atención a la vigencia de sus referencias normativas.

Algunos creen que todo lo debe asumir el Estado; desconocen que sus recursos provienen de impuestos


Se cuenta en el artículo What revenue cycle strategies enhance the patient experience, publicado en Healthcare Financial Management (Westchester, tomo 76, n.º 6, septiembre de 2022, pp. 66-69), lo siguiente:

Methodist Health System is looking at ways to help the uninsured population that falls through the cracks to the healthcare exchange and the Medicaid eligibility program. If you are at risk of colon cancer and test positive in the screening, then we schedule you for a colonoscopy that’s grant A patient will walk in the door and tell you the most intimate details about their health, but you start talking about finances and they shut down completely. […]we now have a weekly session with our case management team members, including physicians and other clinicians, as well as our Medicaid eligibility vendor and financial counselor.

En todo el orbe hay dificultades con la prestación de servicios de salud a toda la población porque lo que se puede o debe dispensar tiene que ser adquirido, de manera que pagan los pacientes, sus familiares, sus aseguradores, filántropos o el Estado. Como una gran parte de la población mundial es pobre, hay que negociar con los ricos para conseguir los recursos necesarios. Con todo lo que se logra reunir no es posible cubrir las necesidades. Este es uno de varios problemas presentes en la pobreza, todos los cuales ponen en duda si el modelo económico actual debe permanecer. Sucede que no tenemos un esquema sustitutivo que sea generalmente aceptado. Como no hay un laboratorio para probar propuestas, la dificultad es grande. Algunos opinan que las personas deben resolver su propio problema, es decir, que consideran justo lo que está pasando y llegan a sostener que hay una regulación de la población. Otros creen que todo debe ser asumido por los Estados, desconociendo que estos lo que tienen procede de impuestos, es decir de los ciudadanos y otros habitantes del respectivo territorio, cantidades que deben ser repartidas, distribuidas, asignadas entre distintas necesidades, respecto de las cuales no es fácil lograr consensos.

Siempre hemos creído que, si los contadores se lo propusieran, más allá de dar opiniones rápidas, de sentido común, cortoplacistas, y se dedicaran a estudiar estas situaciones, a partir de la observación que privilegiadamente tienen sobre las empresas concretas, podrían proponer esquemas eficaces. Sin embargo, la profesión contable no tiene una posición pública que los haya acreditado como personas a quienes se debe oír, en gran parte porque en sus academias no se les enseña a hacerlo. Nuevamente volvemos sobre la idea de formar profesionales y no meramente técnicos. Muchas personas han construido soluciones, aunque sus estudios formales no parecieran ser fundamento adecuado. Es decir, cualquiera podría proponer una solución si fuera capaz de aplicar con disciplina un método científico. No hay la necesidad que trabajar en laboratorios ni usar batas blancas. Todas estas reflexiones deberían estar presentes en los planes de estudio, en las mentes y compromisos de los profesores, en el quehacer del estudiante para lograr su aprendizaje. Mucho se habla de pensamiento crítico, emprendimiento e innovación. Pasemos a la acción.

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Hernando Bermúdez Gómez
Tomado de Contrapartida – De Computationis Jure Opiniones
Número 6860, Septiembre 19 de 2022

Hernando Bermúdez Gómez
Las publicaciones de Contrapartida son escritas por miembros de la comunidad académica del Departamento de Ciencias Contables de la Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas de la Pontificia Universidad Javeriana.
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