Este artículo fue publicado hace más de un año, por lo que es importante prestar atención a la vigencia de sus referencias normativas.

La intervención tributaria se convierte en el dolor de cabeza de los revisores fiscales


En la revista Internal Auditor, febrero de 2021, en el artículo titulado Building An Adaptable Workforce, escrito por C. Janesko, aparecen las siguientes manifestaciones:

 Amid disruptions, organizations either sink or swim based on their workforce’s capabilities like collaboration, creativity, judgment, and flexibility,” says Erica Volini, principal and global human capital leader at Deloitte Consulting LLP in Phoenix. “It’s clear that workforce and human-centric matters are top priorities for C-suite and board leaders.” ―Both studies show that organizations want to invest in developing their workforce, but many have far to go when it comes to creating effective programs. Still, well over half of the executives surveyed by Deloitte say they plan to focus on “reimagining work” over the next three years. This means not only teaching employees new skills but giving them more choice over what they do or even integrating the physical, mental, financial, and social well-being of workers into the design of work, itself. ― “Moving forward, those leaders who address human capital holistically and build business decision-making around human potential will thrive,” Volini says.

Razón no les falta a quienes sostienen que el ser humano aprende a punta de golpes. Cuántas veces le hemos dicho a los contadores que procedan de cierta manera o que se abstengan de obrar de otra, pero no hacen caso. Pasado el tiempo se inmiscuyen en un fuerte problema y entonces sí aparecen aceptando aquello que les advertimos, pero ahora lo que necesitan es una buena defensa.

Hace muchísimo tiempo sostuvimos que la intervención tributaria se convertiría en el dolor de cabeza de los revisores fiscales. Ahora que es así, ya es tarde. Habrá que reformar la ley, si es que se puede. Igual nos sucedió con las advertencias sobre las entidades con participación del Estado, las cuales hoy son causa de desgracia. La técnica de pasar agachado es practicada por montones de profesionales de la contabilidad, ellos saben que los recursos del Estado son pocos y suelen estar en manos de incompetentes a quienes no se les ocurren formas de ejercer sus facultades sobre grandes muestras. Aunque no nos guste, podemos reconocer que efectivamente muchos clientes y contadores no han sido nunca objeto de investigaciones y probablemente no lo serán por muchos años más.

TAMBIÉN LEE:   IVA descontable en un periodo posterior con factura de un periodo anterior ¿Es válido? 

La flexibilidad siempre ha sido una condición en las empresas de servicios. La pandemia solo ha subrayado esta circunstancia. Lo que pasa es que para muchos administradores esa característica no era valiosa hasta que la salvación de la empresa estuvo en manos de quienes lograron hacer las cosas de otra manera. Obviamente, después del golpe, ahora sí quieren invertir en esa cualidad. No se sabe bien cuáles serán los escenarios futuros que pondrán en dificultades a las empresas (pocos pensaban en una guerra tan impactante a nivel mundial como la de Rusia y Ucrania) que se apresuraron a declararse fuera de emergencia cuando, en realidad, de una pandemia entramos a otra situación de crisis que puede provocar iguales o peores consecuencias económicas.

Hernando Bermúdez Gómez
Editor de Contrapartida, Novitas, Registro Contable, Vademécum
Tomado de Contrapartida – De Computationis Jure Opiniones
Número 6531, Abril 4 de 2022

Hernando Bermúdez Gómez
Las publicaciones de “Contrapartida” son escritas por miembros de la comunidad académica del Departamento de Ciencias Contables de la Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas de la Pontificia Universidad Javeriana.
Descubre más recursos registrándote o logueándote. Iniciar sesión Registro gratuito