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Este artículo fue publicado hace más de un año, por lo que es importante prestar atención a la vigencia de sus referencias normativas.

El Contador Público: ¿“atropellado” por las normas nacionales e internacionales? – José Hernando Zuluaga Marín


José Hernando Zuluaga MarínHablar de “atropello” es utilizar un término que nada explica frente la andanada de obligaciones que permanentemente se le cuelgan a la profesión del contador público. Bueno o malo, cada uno lo mira con el prisma que lo quiera ver. Bueno, puesto que nacen más responsabilidades y por lo tanto más obligaciones que pudieran dar pie a unos mayores ingresos, o bien, a un mayor reconocimiento por parte de la sociedad. Malo, porque los límites de los honorarios y sueldos que son bajos, no permiten a los profesionales ampliar sus oficinas, pues hay saturación de actividades contables y tributarias distrbuidas en espacios pequeños de tiempo como sucede en el primer semestre de cada año.

El profesional que funge de empleado quizá tendrá mejores posibilidades en la medida que tenga los elementos técnicos y humanos suficientes para su ejercicio profesional. Antes, la queja era el exceso de registros, muchos de ellos manuales; sin embargo, la velocidad, la tecnología, el uso de Internet, computadores, redes y Software, dan lugar a la aceleración de las actividades, de tal manera que el tiempo que no puede alargarse se torna corto para que se vea al profesional como suficientemente eficiente. Lo anterior le puede ocasionar alteraciones físicas y también mentales, fruto de los grandes esfuerzos, y a esto se suma la falta de relaciones sociales y familiares que hagan su vida más llevadera.

Conviene analizar si al profesional de la contaduría se le reconoce su labor y concluimos que el reconocimiento se le viene dando por razones del servicio que hace a la comunidad, dado que la sociedad y los empresarios han encontrado un funcionario o un prestador de servicios manejable en términos económicos.

El reconocimiento por parte del gobierno se da más bien por el traslado sobre este profesional de obligaciones y responsabilidades, pues a él se le pueden colocar las cargas relacionadas con los problemas económicos y sociales del país como son la elusión, la evasión, la corrupción, los desfases presupuestales e inferir que lo que sucede en el país en relación con estos conceptos es en parte por el manejo que la profesión le da a la información, contable y tributaria.

El estatus de los profesionales que siguen ejerciendo la profesión va mejorando dadas unas condiciones especiales que se vienen presentando con ocasión de la internacionalización de la economía, que implica cambios y modificaciones en reglas para la información tanto contable como tributaria; como se puede concluir de la aplicación de las Normas internaciones e información Financiera NIIF o bien las Normas Internacionales de Auditoría y de las Leyes 1607 del 2012 y 1739 del 2014 e inclusive de los planes de desarrollo que buscan insertar la economía del país en un contexto internacional, del cual nadie puede escaparse. Pero aquí se trata de un estatus, por decir lo menos, “comprado”, pues es fruto de esfuerzos económicos para actualizarse dado que para ello estos profesionales deben pagar un alto costo financiero para tratar de acceder a aquellas formaciones que les permitan tener unas mejores posibilidades presentes y futuras.

Pero no todos los profesionales tienen estas posibilidades, puesto que se dan circunstancias difíciles del mercado, como son la alta competencia y además los requerimientos de formación y actualización por lo cual una gran mayoría sin capacidad económica va quedando relegada y se retira a las estaciones de invierno, o bien a disfrutar de la pensión; sin posibilidades frente a aquellos que han logrado, con sus recursos, acceder a una actualización integral permanente.

Es hacia este grupo al que debe dirigir la mirada el gobierno, las universidades y la sociedad, para incentivar y dar apoyo a estos profesionales con el objetivo de que se animen a continuar y a no retirarse por desánimo o por desactualización.

Con relación a la competencia, esta se da y seguirá dándose en los espacios de las pequeñas empresas que tienen menos capacidad de pago de honorarios o sueldos, mientras las grandes abordan el mercado ya logrado de las grandes compañías de auditoria y consultoría internacional.

El encabezado del artículo nos lleva a concluir, que es preciso revisar la normatividad establecida en el Código de Comercio, la Ley 43 de 1.990 y demás normas relacionadas con la profesión, para que aquello que llamamos “atropello” nos lleve a reconocer que así es el mundo moderno al cual nos debemos insertar en forma inteligente; evaluando nuestras responsabilidades a la luz de las necesidades de aseguramiento que requieren las empresas, y entender que el mundo se mueve empujado por las necesidades de las diferentes comunidades queramos o no y que lo que no nos guste y no queramos hacer, lo harán otros profesionales.

En conclusión, se requiere evaluar cada circunstancia nueva de tal manera que, entendiendo que se trata de nuevas responsabilidades que no podemos eludir, encontremos el camino más adecuando para llevar a cabo nuestra labor profesional con eficiencia, ánimo y como dicen ahora los futbolistas y los entrenadores de la “mejor manera”.

Escrito preparado por:

José Hernando Zuluaga Marín
CEO de actualicese.co

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