La Web 3.0 ha cerrado la brecha entre el mundo real y el virtual, mejorando más la forma en que los contadores públicos realizan sus labores.
Es hora de conocer términos como inteligencia artificial, realidad virtual y blockchain.
Conoce, a continuación, más bondades de la Web 3.0.
Internet ha cambiado radicalmente la forma en que los contadores públicos trabajan, así como la Web 3.0. Esta transformación se ha acelerado durante la última década a medida que las empresas han adoptado la computación en la nube, lo que les permite colaborar virtualmente con la misma eficacia que de manera presencial. Y más cambios están en camino.
Es así como con el paso del tiempo las nuevas tecnologías potenciarán el quehacer del contador. La Web 3.0 se ha encargado de cerrar la brecha entre el mundo real y el virtual, mejorando aún más la forma en que trabajamos y hacemos negocios.
El Instituto Estadounidense de Contadores Públicos Certificados –AICPA–, en su artículo Web 3.0 is coming: what CPAs need to know now, indica que la Web 3.0 estará impulsada por una convergencia de tecnologías que crean el metaverso:
Todavía no está claro qué tecnologías impulsarán la Web 3.0, pero la inteligencia artificial, la cadena de bloques, las finanzas descentralizadas y la realidad virtual ya se están abriendo paso en varios aspectos de la vida diaria.
Y aunque todavía no conocemos el marco de tiempo para esta metaevolución, ha llegado el momento de que los contadores se den cuenta de cuáles pueden ser estos cambios y cómo podrían reinventar la forma en que se hacen negocios en la próxima década.
La cadena de bloques y la realidad virtual y aumentada automatizarán de manera inteligente muchas interacciones sin que los contadores tengan que dirigir específicamente los sistemas. Sin embargo, aunque la automatización es clave, también se espera que la Web 3.0 haga hincapié en la descentralización y el individuo, en lugar de la propiedad y el control de terceros, lo que significa las personas serán propietarias de su contenido y podrán determinar con quién desean compartirlo, en lugar de ceder la propiedad a entidades corporativas.
En lugar de que organizaciones externas controlen todos estos datos en sus bases de datos centralizadas o propias, la Web 3.0 se ejecuta en una infraestructura descentralizada similar a la forma en que los activos digitales como bitcoin operan en la tecnología blockchain.
Esta versión de la web se administra de forma descentralizada bajo una entidad a menudo denominada Organización Autónoma Distribuida –DAO–.
Los principios y las tecnologías de la Web 3.0 podrían crear nuevas formas de trabajar entre el mundo físico y el virtual, así como indicadores potenciales sobre cómo la convergencia entre estos dos mundos podría impactar en la profesión contable.
Las herramientas de inteligencia artificial –IA– y aprendizaje automático –AU– pueden codificar transacciones automáticamente cuando ocurren, en lugar de que una persona tenga que hacerlo.
A medida que estas herramientas evolucionen, reducirán en gran medida el trabajo manual requerido en la contabilidad y también advertirán a los contadores sobre anomalías. La automatización mediante IA y ML es una evolución clave que ya se ha venido incorporando en el ecosistema de la web.
La descentralización de los datos es otro de los principios clave de la Web 3.0. La tecnología blockchain se usa para eliminar a los intermediarios tradicionales (instituciones financieras y terceros) que cobran tarifas para facilitar las transacciones. Esto se conoce como finanzas descentralizadas –DeFi – y también integra la tecnología de «contrato inteligente», para que, cuando se cumplan los términos de un acuerdo, los requisitos del contrato se cumplan automáticamente.
Para los contadores, esto podría significar que cuando el cliente entrega, acepta y firma una declaración de impuestos o un estado financiero, la presentación y el pago pueden ocurrir automáticamente.
La mayoría de los contadores están familiarizados con la tecnología de videoconferencia en aplicaciones como Zoom o Teams. Los mundos virtuales y la realidad virtual ocurren en entornos ficticios generados por computadora.
Los cascos de realidad virtual añaden otra dimensión a las interacciones. Los jugadores pueden mover la cabeza para «mirar a su alrededor» y la pantalla presentará el mundo virtual como si estuvieran físicamente en el juego.
La pandemia hizo que los contadores que asistieron a una conferencia en línea fueran representados como avatares en un mundo virtual donde podían moverse para explorar el sitio de la conferencia digital y socializar con otros contadores.