En medio de la crisis por la que pasa la economía colombiana, hogares, empresas privadas y el sector público enfrentarán dificultades en medio del endurecimiento de las condiciones financieras.
Las empresas deben prepararse con una planeación estratégica para que el impacto no sea tan negativo.
La más reciente Encuesta de opinión financiera –EOF–, elaborada por Fedesarrollo y la Bolsa de Valores de Colombia, estima que la economía colombiana crecerá un máximo de 2,0 % en 2023.
Por otra parte, el informe Perspectivas económicas 2023: todos por la economía, elaborado por Corficolombiana, proyecta un crecimiento superior al 1 % para el próximo año, «lo que nos pone del lado optimista frente a otros grupos de análisis, y al propio Banco de la República, que prevé un 0,5 %”.
La entidad también advierte que los hogares, empresas privadas y el sector público enfrentarán dificultades en medio del endurecimiento de las condiciones financieras a nivel global.
Corficolombiana analiza que en los últimos dos años la economía nacional presentó uno de los desempeños más sobresalientes de América Latina. El PIB de 2022 sería un 11 % superior al nivel prepandemia (2019), impulsado por el consumo de los hogares y favorecido por el aumento en los términos de intercambio del país, gracias al aumento en los precios internacionales del petróleo.
Sin embargo, Colombia está sufriendo un proceso inflacionario y de deterioro de las condiciones financieras más agudo que otros países referentes en la región como Brasil, Chile, México y Perú.
La depreciación del peso colombiano en los últimos 6 meses supera el 30 %. Por su parte, el Banco de la República ha venido elevando la tasa de interés y «creemos que tendrá que llevarla al menos a 12,5 % en los próximos meses para hacer frente a los retos macroeconómicos actuales».
Desde el punto de vista de Juan Carlos Arbeláez, socio de impuestos y servicios legales de Crowe Colombia:
El momento para el país es crítico, pues aparte de los movimientos políticos que ya tiene en marcha el gobierno, las presiones inflacionarias globales han jugado un papel determinante en el deterioro de nuestra economía.
De igual forma, con el aumento de las tasas de interés y el deterioro de las expectativas de crecimiento, piensa que las empresas deben prepararse con una planeación estratégica para que el impacto no sea tan negativo.
¿Y qué acciones se deben tomar? Luego de la pandemia, muchas organizaciones entendieron la importancia de flexibilizar sus planes y tomar decisiones rápidas, informadas y concretas.
Frente al futuro inmediato es importante enfocarse, analizar y aprovechar las ranuras de las nuevas reglas en materias tributaria, macroeconómica y laboral.
Arbeláez enumera una serie de estrategias macro que serán fundamentales a la hora de enfrentar la nueva realidad económica que se viene:
Pese a que las anteriores estrategias son genéricas y podrían impulsar el crecimiento de muchos negocios, Arbeláez afirma que a nivel macro, sectores como el agroindustrial y el energético tendrán las de ganar, incluso podrán generar ingresos con los cuales combatirán la crisis.
“Los sectores tecnología y de servicios tendrán que aprovechar, porque seguramente se verán enfrentados a un ambiente favorable, de igual forma el turismo, que con la devaluación del peso ha convertido a Colombia en un país atractivo para los viajeros del mundo.
Por otra parte, en un panorama no muy positivo se encuentran las empresas de los sectores que pueden sufrir un decrecimiento o un estancamiento, como es el caso de los hidrocarburos, el carbón, el hierro, y en general la minería, los cuales se enfrentan a los riesgos de los cambios regulatorios que siguen en marcha y que los ubican en un panorama de incertidumbre.