Un beneficio de usar la inteligencia artificial en la profesión contable es la capacidad de analizar grandes volúmenes de datos.
El nuevo rol del contador público está más orientado a actividades con mayor valor agregado, no a tareas monótonas y repetitivas.
Te contamos más detalles a continuación.
La inteligencia artificial hace parte del día a día del contador público. Tareas contables que incluyen impuestos, liquidación de sueldos, auditorías, entre otras, ya son automatizadas por medio del uso de la inteligencia artificial.
Un beneficio del uso de la inteligencia artificial en la profesión contable es la capacidad de analizar grandes volúmenes de datos.
Otro beneficio, los robots pueden ejecutar tareas como interpretar contratos o acciones o extraer términos importantes y analizarlos mucho más rápido de lo que permite el trabajo humano.
Pese a que no hay dudas de que la inteligencia artificial es capaz de manejar muchas tareas contables estándar de manera más rápida y eficiente, o que estas capacidades solo aumentarán con el tiempo, esto no significa el final para los contadores públicos.
«Siempre habrá una necesidad de ese elemento humano, la inteligencia humana, en el otro extremo de la tecnología de IA. De hecho, la IA está configurada para crear más trabajos de los que reemplazará, dejando a los trabajadores, incluidos los contadores, con opciones», publica el artículo Is artificial intelligence set to replace accountants in the future?
Los contadores públicos no tienen que preocuparse de que su trabajo sea reemplazado por IA en el futuro cercano.
Las empresas siempre necesitarán contadores que puedan analizar e interpretar datos de IA, así como brindar servicios de consultoría. En vez de reemplazar el rol de un contador público, la tecnología de IA transformará las funciones que realiza un contador.
Con la tecnología de inteligencia artificial y el aprendizaje automático manejando muchas de las tareas mecánicas y repetitivas, los contadores tendrán más tiempo para concentrarse en otros aspectos del trabajo, como la consultoría y el análisis de datos.
Esta es una buena noticia para muchos contadores. En lugar de pasar horas completando este tipo de tareas, los contadores del mañana podrán usar y analizar datos de IA para brindarles a sus clientes soluciones comerciales sólidas.
Además, la inteligencia artificial mejorará la precisión de la entrada de datos y reducirá el riesgo de responsabilidad para los contadores. La tecnología emergente es más eficiente en la detección de fraudes, lo que garantiza protección para los contadores y sus clientes.
También proporciona datos en tiempo real, lo que permite a los contadores brindar soluciones en tiempo real:
Y lo más interesante, el profesional contable contará con capacidad para analizar grandes cantidades de datos al instante, evaluar éxitos y fracasos pasados en un esfuerzo por predecir con precisión los resultados futuros.
Desde el punto de vista de César Aurelio Ceballos, contador y fundador de Ceballos Consultores SC, aquel contador público que registra los movimientos contables y financieros de la empresa para determinar con operaciones aritméticas una base gravable para calcular impuestos, sus días están contados.
«¿Para qué querrán los empresarios un contador? Afortunadamente la profesión no es registrar operaciones y calcular impuestos, quien solo se dedique a esto perderá su trabajo.
Deberemos a ejercer como una profesión que coadyuve al desarrollo de la empresa», es la opinión que se menciona en el artículo publicado en LinkedIn ¿Sustituirá la inteligencia artificial al contador público?
El nuevo rol del contador público estará más orientado a actividades con mayor valor agregado y no a tareas monótonas y repetitivas.
Por ejemplo, saber vender. Es un hecho que los contadores también vendemos. Vendemos una idea, una estrategia, una decisión, nuestros servicios. Saber esto en el futuro facilitará el camino. Al respecto, Ceballos concluye:
La inminente llegada de las tecnologías disruptivas, como la automatización de procesos contables robóticos, no es el fin del contador público, sino su oportunidad de ser percibido y remunerado como el bien indispensable.