Miguel Ángel García afirma que es penoso ver que las reformas tributarias las discutan congresistas de todas las profesiones y no contadores públicos.
Los contadores que han pasado por el Congreso han llegado por mérito propio y no necesariamente porque hayan recibido un apoyo de la profesión.
Otro de los contadores públicos que participará en las próximas elecciones a realizarse en el mes de marzo, con el fin de sacar adelante proyectos que beneficien a la profesión contable, es Miguel Ángel García López.
García López es candidato a la Cámara de Representantes por el Valle del Cauca, por el partido Colombia Justa Libre – MIRA, con el número 103 en el tarjetón. En el debate Contadores haciendo política para contadores expuso sus diversos puntos de vista.
Primero que todo, concientizando al profesional de la contaduría pública de la importancia que tiene en el desarrollo de las empresas y del país. El profesional debe reconocerse como un asesor para el empresario y no solamente como un preparador de impuestos y digitador de documentos: así lo debe reconocer y respetar tanto el Estado como la sociedad.
Busco impulsar una reforma al Estatuto Tributario, el cual es una cadena de sanciones y amenazas para el contribuyente, lo que afecta a los contadores públicos.
Hay sanciones que contempla el Estatuto Tributario contra el mismo contador por el ejercicio de sus funciones y generalmente recaen por omisión y no por acción, ya que el contador no es quien posee el poder decisorio en las empresas.
A pesar de que se hizo una gran convocatoria nacional por todos los medios, en algunos círculos se ha venido rumorando que las propuestas las hizo un grupo reducido de contadores, lo cual carece de veracidad.
De todas formas, el anteproyecto redactado es susceptible de correcciones o adiciones. Hubo extensas discusiones y lo que salió fue fruto del consenso entre los diversos comités que se crearon y permanecieron en las discusiones. Lo mismo se aplica para la revisoría fiscal.
La Ley 43 de 1990 tiene 32 años y muchas cosas han pasado en este tiempo, por lo tanto se hace perentoria su reforma y modernización.
Es necesario, una vez depurado el documento presentado ante el Ministerio de Comercio Industria y Turismo, socializarlo con las bases de la profesión y con los parlamentarios, con el objetivo de que salga la mejor ley que favorezca a la profesión.
La tarea no es fácil, de allí que sea muy importante que la profesión tenga representantes en ambas cámaras y , sin importar el partido con el cual se llegue, miremos a la profesión como nuestro objetivo.
Claro que sí. El contador público es de los profesionales mejor preparados y merece llegar a ocupar altos cargos, bien sea por nombramiento o elección.
Los contadores públicos necesitamos vencer el temor, tener gran unión entre todos y, por qué no, formar un partido político que nos represente. Aquí deben desaparecer todas las divisiones entre izquierda, centro y derecha, y concientizarnos en el trabajo por la dignidad de la profesión.Es penoso cuando vemos que las reformas tributarias, por ejemplo, las discuten congresistas de todas las profesiones y casi ningún contador público.
Los contadores que han pasado por el Congreso han llegado por su propio mérito y recursos, y no necesariamente porque hayan recibido un apoyo de la profesión.
En tal sentido, pienso que han sido coherentes y no podemos decir que hayan sido inferiores a su responsabilidad, simplemente aquí se aplica el adagio de que una sola golondrina no hace verano.
La justicia no se puede repartir entre las diversas actividades del ser humano. En tal sentido, se busca que haya justicia y equidad en todas las relaciones del Estado con los habitantes de un país.
Concretamente en la profesión, es necesario que haya un trabajo arduo en defensa de los intereses de una profesión que ha sido, por mucho tiempo, vilipendiada y tenida como la cenicienta de todas las profesiones.
Cada contador tiene la responsabilidad con su trabajo y es de su criterio aceptar o no cargas administrativas diferentes a los de su ámbito profesional. La tendencia de nuestros contratantes es cargar en el contador público todas las responsabilidades que surgen en los diferentes estamentos del Estado, al colmo de que se han hecho responsables de asuntos administrativos. Por ejemplo, lo han responsabilizado de temas como bases de datos, informes sobre seguridad social en el trabajo, etc.