Las finanzas abiertas son un concepto relativamente nuevo que ha visibilizado un nuevo panorama financiero en todo el mundo, y América Latina no es la excepción. En la región, se espera que la adopción de finanzas abiertas continúe en aumento.
Colombia, por ejemplo, se convirtió en el tercer país de Latinoamérica en implementar normativas para las finanzas abiertas.
En Brasil se está escribiendo un nuevo capítulo sobre la revolución de la tecnología financiera y otro sobre sus principales impulsores de las finanzas abiertas, referente a la apertura de datos financieros por parte de las instituciones financieras y la posibilidad de que los clientes accedan y compartan su información financiera con terceros, siempre y cuando se cumplan los estándares de seguridad y privacidad.
Las finanzas abiertas son una tendencia creciente en el mundo financiero debido a varios factores, uno de ellos es la promoción de la diversidad en el mercado financiero (más jugadores), permitiendo más libertad para las instituciones financieras y los clientes finales.
Estas pueden, además, ser un catalizador para la inclusión financiera, permitiendo que audiencias históricamente excluidas accedan a servicios financieros. Esto se relaciona con la diversificación del mercado financiero, entre más jugadores, más capacidad de alcance y al mismo tiempo más personas con acceso a servicios financieros.
Es así como este concepto y estilo de vida de la banca digital puede generar nuevas oportunidades e innovaciones, abriendo la puerta a una ola de nuevos productos y servicios financieros.
La banca abierta promueve la inclusión financiera al permitir que los usuarios sean dueños de sus datos y los usen para ser elegibles para más productos financieros.
De otro lado, el panorama de las finanzas abiertas en el país revela que el acceso a productos financieros alcanzó al 92,1 % de la población adulta colombiana, pero el indicador de uso se mantiene en un rango notablemente más bajo: 77,7 % para el último trimestre medido en 2022, según un informe de la Banca de las Oportunidades, lo que equivale a cerca de 5,8 millones de adultos que, aunque tienen acceso, no están dispuestos a utilizar productos financieros.
Los costos de transacción y las asimetrías de información son dos de los factores que influyen (según información del Banco de Desarrollo de América Latina, CAF y empresas como Uflow y Finerio Connect, que promueven la banca abierta o finanzas abiertas) como clave para cambiar el panorama.
Basándonos en esto, Colombia es uno de los países de la región con mayor dinamismo y crecimiento en la banca digital que engloba las finanzas abiertas.
El trabajo del Gobierno, las instituciones financieras, como la Superintendencia Financiera (que trabaja en la regulación de las finanzas abiertas) y los bancos son clave en el crecimiento de productos financieros que satisfacen las necesidades de su población.
Un país con finanzas abiertas, reguladas y con un sistema más justo y equitativo en cuanto a la accesibilidad a la banca digital brinda más facilidades en la adquisición de servicios y productos, pagos de nómina, inversiones y transacciones.
Tory Jackson
Head of business development and strategy para Latam en Galileo Financial Technologies