La presentación de los reportes de actividades sospechosas es una tarea del contador público para prevenir y detectar el lavado de dinero.
Un contador debe presentar este reporte de inmediato cuando sepa o sospeche que un cliente está involucrado en el lavado de dinero o trato con bienes delictivos.
Los contadores públicos son un componente vital en la lucha contra el lavado de dinero. Los delincuentes, por otra parte, siempre están a la vanguardia de lo que la tecnología les ofrece y tomando riesgos para obtener ganancias de forma ilegal.
En muchas ocasiones, lamentablemente, estos delincuentes pueden llegar a buscar contadores públicos para que los ayuden a lavar dinero robado. Afortunadamente, los contadores cuentan con herramientas para contraatacar.
IFAC, en su publicación Anti-money laundering: the basics, presenta el manejo que se le debe dar a los informes de actividades sospechosas para que sean efectivos y procesables:
Esto no debe ser visto como ejercicios de cumplimiento, sino como elementos esenciales para detectar el lavado de dinero y proteger la reputación de un profesional o una firma.
Los contadores públicos deben presentar reportes de actividades sospechosas – SAR, por sus siglas en inglés– si supone o tienen motivos razonables para sospechar que los fondos de un cliente son el producto de una actividad delictiva o están relacionados con el financiamiento del terrorismo. Al respecto, IFAC recomienda:
La presentación de los SAR son una tarea central para que los contadores puedan contraatacar y hacer su parte para prevenir y detectar lavado de dinero.
Un contador público debe presentar un reporte de actividades sospechosas de inmediato, siempre que sepa o sospeche que un cliente está involucrado en el lavado de dinero o en el trato con bienes delictivos.
En la mayoría de las jurisdicciones este es un requisito reglamentario. Incluso si no lo es, es una buena práctica hacerlo.
Los contadores públicos seguramente no tendrán la información completa de los informes, pero entre más clara y específica sea la información sospechosa presentada a las autoridades u organismos encargados de hacer cumplir la ley, es más probable que estos organismos maximicen el valor de cualquier informe presentado.
Como contador público hay que argumentar bien las razones por las cuales alguna actividad puede llegar a ser sospechosa, centrándose en lo observado y por qué se considera inusual o sospechoso.