Este artículo fue publicado hace más de un año, por lo que es importante prestar atención a la vigencia de sus referencias normativas.
La próxima reforma laboral abordará temas como la reducción de la jornada laboral diurna y el pago de horas extra.
Las formas de contratación también se revisarán. Se busca acabar, paulatinamente, con los contratos de prestación de servicios.
Luego de que el presidente de Colombia, Gustavo Petro, se reuniera con el Consejo Gremial el 23 de agosto de 2022, Jaime Alberto Cabal, presidente del Consejo, confirmó que el Gobierno aplazará la presentación de la reforma laboral para el 2023 con el objetivo de trabajar en un texto concertado.
Esto expresó Cabal a los medios de comunicación:
Este semestre no se darán iniciativas laborales. No podemos tener una reforma tributaria que impacte al sector privado y al mismo tiempo tramitar una reforma laboral. Quedamos de llevar el tema a la Comisión de Concertación Laboral para presentar una reforma consensuada y no unilateral.
La ministra del Trabajo, Gloria Inés Ramírez Ríos, anunció que invitará a todas las partes para iniciar mesas de diálogo y abordar los temas que contendrá la reforma laboral.
En el último trimestre de este año se iniciará la agenda, mientras la construcción del texto final se presentaría durante la primera legislatura del 2023.
La reforma laboral la vamos a construir con las partes involucradas, o sea empresarios, trabajadores a través de sus centrales sindicales. Vamos a llamar a la academia, para que nos acompañe.
Agregó que se ha buscado apoyo por parte de la Organización Internacional del Trabajo –OIT–, la Sala Laboral de la Corte Suprema de Justicia y organismos internacionales relacionados con el mundo del trabajo.
Las mesas territoriales también serán fundamentales en la puesta en marcha de la reforma laboral. «Vamos a activar las mesas territoriales de concertación para, desde allí, hacer los aportes necesarios y producir una reforma laboral estructural según las necesidades de la gente», explicó.
Entre los temas que se discutirán está la recuperación de la jornada laboral. Sobre esto se abordaría la reducción de la jornada diurna, que terminaría a las 6:00 p. m. y no a las 9:00 p. m., lo que cambiaría el pago de horas extra y recargos.
Al respecto, Petro mencionó que la ampliación de la jornada diurna se implementó hace 18 años, de forma transitoria, para generar empleo, pero cuestionó la eficacia de la medida.
Pasaron 18 años. ¿Dónde está el empleo? ¿18 años es transitorio? ¿No debemos reexaminar, a la luz de hoy, ese y otros temas?
Otro tema para discutir es la revisión de las formas de contratación. En este punto, la ministra expresó que quiere acabar paulatinamente con los contratos de prestación de servicios, especialmente en el sector público, ya que desde su punto de vista estos van en contra de las condiciones dignas que deben proteger a los trabajadores.
Temas como la optimización para resolver los conflictos laborales, el empleo en la ruralidad y el cierre de brechas de género también ocuparán un espacio importante en las mesas de diálogo. Expresó la ministra:
Las mujeres vamos a trabajar por lo que es una realidad y es cerrar la brecha salarial.
Los posibles cambios en el horario nocturno han originado preocupación en el sector de los comerciantes. Al respecto, Fenalco Bogotá-Cundinamarca realizó un sondeo entre sus afiliados para conocer el impacto de esta medida.
El 82 % de los comerciantes dijo que en sus establecimientos cerca del 50 % de sus trabajadores cumplen con horarios luego de las 6:00 p. m. En sectores como el turístico y el de restaurantes la cifra alcanza el 65 %.
Juan Esteban Orrego, director de Fenalco Bogotá-Cundinamarca, piensa que medidas como un horario nocturno a partir de las 6:00 p. m. es un retroceso para la reactivación económica. Esto manifestó en Portafolio:
El número de empleos se perdería y la dinámica de una ciudad cosmopolita, destino turístico y laboral como lo es Bogotá, se marchitaría. Además, proyectos como Bogotá 24 horas o cargue y descargue en horarios no convencionales, serían inviables, pues no soportarían los sobrecostos que esto implica.
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