Este artículo fue publicado hace más de un año, por lo que es importante prestar atención a la vigencia de sus referencias normativas.
El valor residual de un activo, de acuerdo con el Estándar Internacional, es una parte del costo que no se deprecia y cuya estimación resulta opcional.
En este caso de estudio analizaremos las situaciones en las que es viable realizar esta estimación de acuerdo con el principio de materialidad.
El valor residual de un activo es el existente al finalizar la vida útil del mismo después de haber deducido las depreciaciones. También se le conoce como valor de rescate o valor de salvamento.
El valor residual, de acuerdo con el Estándar Internacional, es una parte del costo del activo que no se deprecia, dado que es el valor que se podrá obtener al final de la vida útil del activo.
Al realizar el cálculo del valor residual se obtiene una estimación, la cual es importante para la medición posterior de algunos activos, pues puede modificar el importe a depreciar.
En el siguiente video, El Dr. Juan Fernando Mejía, experto consultor de Estándares Internacionales, explica cuáles aspectos deben considerarse al momento de realizar la estimación del valor residual de los activos:
Mejía explica, en primer lugar, que la asignación de un valor residual para los activos es de carácter opcional y no obligatoria, por lo que recomienda no establecer un valor residual para todos los activos por las razones que se exponen a continuación.
A modo de ejemplo, el conferencista expone que una empresa compra un computador cuyo costo es de 3 millones de pesos y las políticas contables han establecido, sin un estudio previo, que el valor residual será del 20 % del valor del activo.
Del ejemplo expuesto se deduce que la empresa calculará su depreciación así:
Depreciación = (costo – valor residual) / vida útil en años
Depreciación = ($3.000.000 – $600.000) / 5 años = $480.000
El resultado de la operación ($480.000) corresponde a la base anual contable y fiscal para realizar la depreciación.
Al respecto debe considerarse que el párrafo 53 de la NIC 16 establece que:
El importe depreciable de un activo se determina después de deducir su valor residual. En la práctica, el valor residual de un activo a menudo es insignificante, y por tanto irrelevante en el cálculo del importe depreciable.
Como se observa, el criterio de materialidad en la medición juega un papel importante para este caso, dado que establecer un valor residual para algunos activos puede resultar insignificante.
La estimación del valor residual de un activo podría llevar a realizar ajustes inmateriales, los cuales toman tiempo y recursos de la empresa que no resultan necesarios y, por ende, son desperdiciados; por tanto, se recomienda diseñar y seleccionar políticas contables teniendo en cuenta que la información material es definida de la siguiente manera, según el marco conceptual para la información financiera:
La información es material o tiene importancia relativa si su omisión o expresión inadecuada puede influir en decisiones que los usuarios adoptan a partir de la información financiera.
Y adiciona:
En otras palabras, la materialidad o la importancia relativa es un aspecto específico de la relevancia de una entidad, basado en la naturaleza o magnitud, o ambas, de las partidas a las que se refiere la información en el contexto del informe financiero de una entidad individual.
Según indica el conferencista, existen situaciones que ameritan establecer un valor de salvamento para los activos; por ejemplo, en el caso de que una política de la empresa establezca que cada 3 años debe cambiarse un automóvil cuyo valor es altamente significativo; para este caso, establecer un valor residual resultará relevante para el cálculo de la depreciación del activo.
Para finalizar, Mejía expone algunas consideraciones frente al valor residual y la estrategia de planeación tributaria establecida en las políticas contables:
Fundada en el año 2000 con la misión de “elevar el nivel profesional del Contador Público”
