Este artículo fue publicado hace más de un año, por lo que es importante prestar atención a la vigencia de sus referencias normativas.

Tributaria: ¿y si el Estado se comportara como una empresa?


Tributaria: ¿y si el Estado se comportara como una empresa?
Actualizado: 15 octubre, 2014 (hace 10 años)

El columnista Marc Eichmann escribe en La República que así como la Nación define sus ingresos por medio del Estatuto Tributario, el monto recaudado depende del porcentaje de evasión y del crecimiento de la economía.

En una empresa tener el presupuesto descuadrado es un paso necesario y normal en su proceso de definición. Por lo general las áreas comerciales se comprometen con ingresos menos agresivos que lo que pueden lograr con el fin de colgarse medallas en la ejecución, mientras que sobreestiman los costos y los gastos para tener la libertad de contratar a sus anchas los recursos que necesitan.

En la definición del Presupuesto General de la Nación (PGN) los comportamientos son similares. A pesar de que la Nación define gran parte de sus ingresos por medio del estatuto tributario, el monto recaudado depende también del porcentaje de evasión y del crecimiento de la economía. El problema es que para el Gobierno es más fácil crear reformas tributarias en las que terminen pagando más los que menos capacidad de defenderse tienen, que ser eficiente en la optimización de ingresos o el control de la evasión.

Con respecto al recaudo de impuestos, el PGN de hoy asume ingresos tributarios con las tasas de evasión actuales sin que la Dian se comprometa en mejora alguna de las mismas, lo cual en un proceso empresarial se corregiría muy rápidamente. La disculpa esgrimida para endilgarle cada vez más impuestos a las empresas y personas que contribuyen actualmente es que el Gobierno no tiene las herramientas para controlar la evasión, a pesar de que se pueden aplicar medidas operativas empresariales aplicables como las penas a los evasores, el cruce de información entre los contribuyentes por medio de estrategias de “Big Data”, la facturación electrónica, las estrategias de recuperación de cartera vencida, entre otras. El problema real es que todas estas estrategias implican administrar el Estado eficientemente, lo cual necesita personal calificado seleccionado por méritos, inversión en tecnología y una cultura de rigor y de trabajo responsable en las entidades estatales en las cuales pocos gobiernos se encausan responsablemente.

Lea esta columna completa en La República.

Descubre más recursos registrándote o logueándote. Iniciar sesión Registro gratuito