Este artículo fue publicado hace más de un año, por lo que es importante prestar atención a la vigencia de sus referencias normativas.
Al momento de implementar NIIF en una pyme se pueden encontrar procedimientos muy costosos y que no aportan mejoras en la transparencia y la calidad de la información; por tanto, la compañía puede omitirlos.
La Sección 3 de NIIF para pymes se refiere a la presentación de estados financieros y allí señala que estos son el estado de situación financiera, el estado de flujos de efectivo, el estado de resultados integral, el estado de cambios en el patrimonio y las respectivas revelaciones.
En el caso del estado de resultados, el estándar dice que se podría presentar por separado, y en su contenido la última fila corresponde a resultados del período y un informe adicional que inicia con el resultado del período y le añade unas líneas que se llaman Otro Resultado Integral –ORI– para obtener finalmente el resultado integral total, y eso es lo que se va a comparar con la variación del patrimonio.
Si usted tiene una empresa pequeña donde rara vez se le presentarán esas líneas de otro resultado integral, entonces no tiene sentido separarlas; es más, la Sección 6 de la NIIF para pymes establece que una entidad incluso podría tomar el estado de resultados y el de cambios en el patrimonio y juntarlos en uno solo que se llama estado de resultados y ganancias retenidas; en síntesis si es una empresa pequeña, puede condensar toda la información en un solo estado de resultados y ganancias retenidas, en lugar de presentar tres.
La entidad siempre mirará qué tan costoso es llegar a una máxima fiabilidad de la información; para adaptarse a las posibilidades económicas de la empresa, pueden ejecutarse procedimientos más sencillos, pero que no contraríen las normas internacionales de información financiera.
La Sección 7 que se refiere al estado de flujos de efectivo establece que la entidad reconocerá como efectivo, el dinero que realmente esté en su posesión.
Supongamos una entidad que tiene 200 puntos de venta, pero en cada uno maneja cantidades muy pequeñas de efectivo y no les hace arqueo todos los días, sino algunos sorpresivos cada 15 días. La entidad confía en que el encargado de cada punto cuenta el dinero y reporta transparentemente la suma disponible; esto implica un riesgo alto para la compañía porque confía en la persona que reporta, pero sería muy costoso para la entidad, enviar auditores a contrastar la información económica de los 200 puntos de venta, todos los días, pues probablemente haya que pagarle al auditor más de lo que habría en el punto de venta.
En ese caso la entidad puede decidir no hacer arqueos y confiar en los datos reportados, haciendo solo arqueos sorpresivos en el intermedio del mes.
La complejidad en los tratamientos contables y de la elaboración de los estados financieros va a depender también del tamaño de la compañía y de la importancia de las transacciones; si estas no son relevantes, son inmateriales, o los montos muy pequeños, no será necesario complicarse con procedimientos de revelación y medición altamente complejos, puede hacerse algo más sencillo que no esté en contra de las NIIF.
Frente a la consulta sobre qué exenciones serán de obligatorio cumplimiento, apegado a la norma, todo es de obligatorio cumplimiento; para eso son los estándares. Pero es posible que la compañía en razón a su tamaño y a la materialidad de las partidas, decida que ciertas transacciones las van a tratar de una o de otra manera que al final no afectarán la razonabilidad de los estados financieros bajo NIIF; tendrá que ser muy cuidadoso transacción por transacción.
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