Los profesionales que participen en las auditorías de alta calidad deben hacerlo mejorando el proceso tradicional, las habilidades y la mentalidad.
La tecnología puede aumentar significativamente la eficiencia y eficacia de las auditorías.
En su publicación Puntos de Vista, la IFAC afirma que las auditorías de alta calidad de los estados financieros son esenciales para organizaciones, mercados financieros y economías fuertes.
Pese a que las auditorías en el transcurso del tiempo se han centrado en mejorar la confianza de los inversionistas y otros proveedores de capital, otras partes interesadas también se benefician, como son los directores, la gerencia, los empleados, los analistas, los reguladores, las agencias calificadoras, los clientes, los proveedores y el público en general.
Por todo lo anterior, se puede concluir que las auditorías de alta calidad claramente sirven al interés público. Esto sugiere la publicación:
Los responsables de la formulación de políticas deben adoptar una perspectiva equilibrada y basada en pruebas que reconozca el éxito general y de larga data de la auditoría, al mismo tiempo que subsanan de forma eficaz y proporcionada cualquier deficiencia con un espíritu de mejora continua.
Lograr auditorías de alta calidad requiere un ecosistema que funcione bien construido sobre la ética y la independencia, condiciones previas de gran importancia para lograr estas auditorías.
Este ecosistema involucra factores y participantes, incluidas las personas, la gobernanza y la regulación adecuadas. Todos estos elementos deben trabajar juntos para producir la auditoría correcta que cumpla las expectativas de las partes interesadas.
La calidad de la auditoría debe evaluarse con las medidas correctas. En ausencia de cualquiera de estos componentes, la auditoría puede no cumplir con las expectativas de las partes interesadas.
Quienes participen de esta actividad tendrán que hacerlo pensando en mejorar el proceso de auditoría, el conjunto de habilidades y la mentalidad de los profesionales de la contabilidad.
De igual forma, se deben mejorar las actividades de gobierno corporativo de las empresas y firmas, las reglamentaciones y normas que respaldan la presentación de informes de la entidad y el comportamiento del auditor, y cómo se evalúa la calidad de la auditoría.
El objetivo de una auditoría es proporcionar a los inversores y demás partes interesadas una seguridad razonable de que los estados financieros, tomados en su conjunto, se han preparado según el marco de información financiera aplicable y están libres de incorrección material.
Las auditorías les ayudan a los directores y otros responsables de la supervisión de una entidad que informa a evaluar la solidez de la información financiera preparada por la administración y obtener información crítica sobre los controles financieros de una entidad y los riesgos asociados.
Los servicios de auditoría y aseguramiento han evolucionado, y deben seguir haciéndolo, para satisfacer las necesidades en constante cambio de las partes interesadas.
Las partes interesadas en la auditoría, desde el punto de vista de IFAC, particularmente las juntas directivas, los órganos de gobierno y la gerencia de la empresa, deben considerar la auditoría como un proceso de valor agregado en vez de un ejercicio de cumplimiento que simplemente da como resultado una opinión de auditoría sobre los estados financieros.
A través del proceso de realización de la auditoría, se examina el trabajo de la gerencia en la preparación de la información reportada. El proceso debe mejorar la confianza en la evaluación de riesgos, estimaciones y valoraciones, controles internos, recopilación de datos y cómo se responsabiliza a la administración.
Desde el punto de vista de IFAC, el uso de la tecnología debería permitir auditorías de alta calidad:
Las herramientas tecnológicas pueden facilitar un examen más completo de todas las transacciones y aumentar significativamente la eficiencia y eficacia de las auditorías. Aplicar la tecnología a la metodología de auditoría puede mejorar la identificación y el análisis de asuntos de alto riesgo que requieren experiencia especializada.
Sin embargo, es poco probable que la aplicación de la tecnología a la auditoría por sí sola conduzca a brindar más que una “seguridad razonable” o que siempre propicie la detección de fraude.