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Este artículo fue publicado hace más de un año, por lo que es importante prestar atención a la vigencia de sus referencias normativas.

Impuestos saludables: entre frenar la economía y mejorar la salud de los colombianos


Impuestos saludables
Actualizado: 23 diciembre, 2022 (hace 2 años)

Con los impuestos saludables el Gobierno pretende promover estilos de vida saludables y prevenir enfermedades como la obesidad y la diabetes.

Según una encuesta de Mobimetrics, el 71 % de las personas disminuirán el consumo de bebidas azucaradas y alimentos ultraprocesados debido al aumento de precio.

En Colombia la salud es un derecho fundamental reconocido en la Constitución Política y garantizado por el Estado a través de políticas públicas y servicios de salud. Para financiar estos servicios, el Estado recurre a diversas fuentes de financiamiento, entre ellas los impuestos.

La reforma tributaria del gobierno del presidente Gustavo Petro plantea los impuestos saludables, con el propósito de que las personas dejen de consumir productos ultraporcesados y bebidas azucaradas desde el mes de noviembre de 2023, cuando empiece a entrar en vigor el impuesto sobre los productos afectados.

De acuerdo con el informe Impuestos saludables de la Organización Panamericana de la Salud, los impuestos saludables son medidas que benefician a los más pobres.

Los impuestos saludables son medidas progresivas que benefician relativamente más a las poblaciones de bajos ingresos, considerando la reducción en los costos de atención médica y la carga sanitaria que estas enfrentan.

Los impuestos saludables generan poblaciones más saludables e ingresos para los presupuestos públicos, incluso en presencia de comercio ilícito y evasión tributaria.

¿Qué busca el Gobierno de Colombia con los impuestos saludables?

El gobierno del presidente Gustavo Petro busca con los impuestos saludables promover estilos de vida saludables y prevenir enfermedades evitables.

De acuerdo con el ministro de Hacienda, José Antonio Ocampo, los impuestos saludables se basan en la idea de que ciertos productos o comportamientos pueden ser perjudiciales para la salud y, por lo tanto, deben ser gravados de manera más alta para disuadir su consumo o uso.

Como consecuencia, los impuestos a las bebidas azucaradas y alimentos ultraprocesados que plantea la reforma tributaria tienen como objetivo promover estilos de vida saludables y prevenir enfermedades como la obesidad y la diabetes.

Cabe resaltar que en Colombia también existen políticas públicas y programas de salud que buscan promover estilos de vida saludables y prevenir enfermedades. Por ejemplo, el Ministerio de Salud ha implementado campañas de concientización sobre la importancia de llevar una alimentación saludable y hacer ejercicio regularmente.

“el Gobierno con los impuestos saludables quiere proteger la salud de la población y financiar los servicios de salud necesarios para garantizar el derecho a la salud de todos los ciudadanos”

En conclusión, el Gobierno con los impuestos saludables quiere proteger la salud de la población y financiar los servicios de salud necesarios para garantizar el derecho a la salud de todos los ciudadanos.

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¿Los impuestos saludables frenan la economía?

De acuerdo con la encuesta Realidad económica de los colombianos 2023 presentada por la firma Mobimetrics, con una muestra de dos mil personas a nivel nacional dice que el 71 % disminuirá el consumo debido al aumento del precio, mientras que solo el 25 % dice que lo hará por razones de salud.

El director de la Dian, Luis Carlos Reyes, advierte en el diario La República que los pequeños productores, como tiendas de barrio, panaderías pequeñas o comercios que funcionen mayoritariamente al por menor, estarán exentos del pago de estos impuestos.

De acuerdo con el informe final sobre reforma tributaria del Observatorio Fiscal de la Universidad Javeriana, la creación de los impuestos saludables es acertada, sin embargo, tiene “cascaritas”.

La creación de estos impuestos es un paso en la dirección correcta. Sin embargo, la falta de ambición respecto al aumento del costo genera incertidumbre respecto a la existencia de un efecto significativo sobre el consumo de estos bienes. Desafortunadamente, la reforma no estuvo acompañada de estudios técnicos estimando el impacto sobre el consumo y la salud.

La posibilidad de que los impuestos saludables sean ajustados más adelante debe seguir abierta. En todo caso, desde el Observatorio Fiscal queremos advertir que este abordaje de salud pública debe hacerse de manera transversal con otras políticas públicas, como la del etiquetado saludable.

En relación con el informe del Observatorio Fiscal de la Universidad Javeriana, nuestra editora senior de impuestos en el área de generación de contenidos, Dana Alejandra Becerra, en su columna de opinión ¡Al fin una reforma tributaria que le apuesta a gravar bebidas azucaradas y productos ultraprocesados! afirma que estos impuestos saludables buscan corregir los efectos dañinos para la sociedad.

Tanto el impuesto a las bebidas azucaradas como el impuesto a los productos ultraprocesados son impuestos pigouvianos; en palabras castizas: impuestos que pretenden corregir la externalidad negativa –es decir, los efectos dañinos para la sociedad– procedente del consumo de este tipo de productos sobre la salud de la población.

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