Actualmente, desde el año 2021 y parte del 2022 se descargaron 418.000 millones de aplicaciones móviles a nivel global; o lo que es lo mismo, las tiendas de aplicaciones de Apple y Google instalaron una media de 410.000 aplicaciones cada minuto.
Al empezar a crear una aplicación móvil hay que ponerse en los zapatos de los consumidores para diseñar una propuesta de valor a su medida; eso ya exige salir del mundo propio e ingresar en el de ellos.
De ahí en adelante, la puerta de la zona de confort se abrirá frecuentemente y se ingresará abruptamente a zonas turbulentas y zonas de gratificación, como en una montaña rusa.
A continuación, presentamos 7 claves para tener en cuenta al crear una aplicación desde cero:
- ¿Qué aplicación queremos desarrollar? Sin duda esta es la primera pregunta cuando queramos plantear un nuevo proyecto de aplicación. Seguramente sea una de las más difíciles porque, al ver la enorme oferta de aplicaciones que existen, puede que nos desanimemos al pensar que todo está inventado. Cada día surgen nuevas aplicaciones y cada día todas ellas tienen la oportunidad de conseguir el objetivo que se han propuesto. Por eso nos irá bien preguntándonos qué tipo de aplicación queremos realizar: ¿se trata de un nuevo juego, de una aplicación de uso interno en una empresa, de salud, de mejora de la productividad, etc.? Cuanto más concreta sea la idea inicial, más nos ayudará a poder plantear el resto de las fases que necesitaremos.
- Investigación de mercado. Tenemos ya una buena idea para empezar, pero ¿existe en el mercado alguna aplicación que ofrezca características similares? En caso afirmativo: ¿qué modelo de negocio ofrece: se trata de una aplicación gratuita o es de pago?, ¿ofrece alguna suscripción mediante una cuota mensual y/o anual por algún tipo de servicio de valor añadido? Cuantas más preguntas nos hagamos para conocer nuestra posible competencia, mejor. Así obtendremos más pistas sobre en qué tipo de entorno nos encontramos. Existen muchas y muy buenas opciones para poder conocer los principales rankings de aplicaciones tanto a nivel global como por países. Muchas son de pago, pero ofrecen un primer nivel de información gratuito que seguro nos puede ir bien para empezar. Algunas de estas son webs como Appannie.com, SensorTower.com, 42matters.com, Similarweb.com, Applyzer.com, Appfollow.io, entre otras.
- Características de la aplicación. Es importante que nos dediquemos a pensar todo lo que nos gustaría que se incluya. No pasa nada si después el proyecto resultante queda más reducido. A partir de un máximo de posibles ideas y características obtendremos un listado más o menos exhaustivo de lo que va a ser nuestro proyecto. Apuntemos a cómo plantearemos el modelo de negocio, qué idioma o idiomas utilizaremos, cómo será el registro, qué tipo de información vamos a recoger de los usuarios (siempre bajo las más estrictas recomendaciones legales) y cómo la vamos a aprovechar, entre otras muchas.
- Prototipo y diseño gráfico. Hablamos de crear la arquitectura de la información. En este terreno nos irá muy bien si nos ayudan profesionales expertos en experiencia de usuario y usabilidad. También nos servirá de gran ayuda conocer las guías de Android y Apple sobre este tema. Si queremos utilizar algunas de las herramientas que nos ayudarán a realizar esta parte, existen muchas y muy buenas, como: Sketch, Figma, Uxpin, Adobe XD, Invision o Balsamiq, entre otras. Una vez hayamos pasado esta parte de creatividad del prototipo, entraremos en la fase de diseño gráfico, igualmente una de las más interesantes y necesarias. Ya sea mediante la ayuda de un profesional independiente o de una empresa especializada, todos los elementos visuales del proyecto trabajarán según los requisitos que se hayan planteado anteriormente.
- Desarrollo de la aplicación. Hay que tener en cuenta que trabajar con plataformas diferentes implica rectificar y retocar más de un código fuente; esto se traduce en una posible desviación de tiempo y dinero. Una aplicación se puede desarrollar desde cero. También existen alternativas para poder crear aplicaciones sin la necesidad de programar (llamadas app builders), la mayoría de ellas con un costo de mantenimiento mensual. O plantillas ya diseñadas según un tipo de aplicación concreto (tiendas online, portafolios, etc.), sin embargo, necesitaremos de alguien especializado que la pueda implementar. La elección entre escoger un modelo u otro dependerá lógicamente de muchos factores y necesidades específicas.
- Publicación de la aplicación. Cuando tenemos el desarrollo completo y hemos podido testear bien para corregir los errores y añadir alguna mejora, llega el momento de publicar la aplicación en Apple Store y/o Google Play (el equivalente para las aplicaciones Android). A partir de este momento tendremos que estar muy atentos a dos tipos de feedback: el que proviene del propio desarrollo de la aplicación (errores, nuevas fases a implementar, cambios de diseño, etc.), y el relativo a nuestro público objetivo y nuestra audiencia. Para este último necesitaremos un buen plan de marketing.
- Plan de marketing y KPI. En lo referente a la parte comunicativa, nos irá muy bien establecer un plan para dar a conocer la nueva aplicación mediante las propias plataformas de Apple y Google a través del ASO (App Store Optimization), así podrá ser localizada de la manera más rápida. También es recomendable crear un plan de comunicación para dar a conocer nuestra aplicación más allá de las propias plataformas, como por ejemplo la creación de campañas display. En el caso de una aplicación hablaremos, por ejemplo, del número de descargas realizadas en una franja de tiempo concreto, tiempo de uso de esta o número de comentarios positivos en las plataformas. Si está relacionada con el e-commerce, necesitaremos conocer, entre otros datos, el valor medio de cada compra o el dato sobre el número de compras abandonadas o no realizadas.
Carlos González Lema
Docente de ESDESIGN Escuela Superior de Diseño de Barcelona