Este artículo fue publicado hace más de un año, por lo que es importante prestar atención a la vigencia de sus referencias normativas.
El más reciente reporte de inclusión financiera indica que el número de adultos con al menos un producto financiero de depósito o de crédito llegó a 34,5 millones.
Paola Arias afirma que ha habido una explosión de los monederos digitales.
El ahorro es clave, debería ser una piedra angular.
Paola Arias, directora de la Banca de las Oportunidades, presentó en Conferencias Actualícese las conclusiones del Reporte Trimestral de Inclusión Financiera –RIF– correspondiente a septiembre de 2022, el cual se ha venido socializando a nivel nacional este mes de febrero.
El informe revela que el número de adultos con al menos un producto financiero de depósito o de crédito llegó a 34,5 millones, lo cual corresponde al 92,1 %, con un aumento de cerca de 300.000 personas frente a junio de 2022.
En cuanto al uso de estos productos, el porcentaje de adultos con algún producto financiero activo o vigente subió de 76,9 % a 77,7 % entre junio y septiembre de 2022, lo que indica que 29,1 millones de adultos tenían activo al menos uno de estos productos al cierre del tercer trimestre de 2022.
Arias describe que los monederos digitales (Daviplata, Nequi, entre otros) se han venido consolidando con el paso de los meses:
Ha habido una explosión de estos y la pandemia fue un catalizador de los mismos.
En medio del encierro, del temor al contagio, los colombianos dieron un impulso a los monederos digitales mediante su uso. Cada vez son más los colombianos que los usan para hacer pagos y transacciones. Es el producto que hoy más tienen los colombianos.
En el segundo lugar se encuentran las cuentas de ahorro y en el tercero las cuentas débito. Estas todavía hacen parte del gusto de los colombianos como productos de depósito y medios de pago.
Mientras en las ciudades se presenta una consolidación de los monederos digitales, en las poblaciones rurales y municipios intermedios su uso disminuye.
Los productos de depósito son más usados por las personas que viven en las ciudades. Los niveles empiezan a caer en la ruralidad y municipios intermedios. Sin embargo, aunque caiga su uso en la ruralidad los monederos digitales son los más usados.
Entre los motivos que dijeron los colombianos para tener una cuenta de ahorro están: por sugerencia de mi empleador, antes de tenerla consideraron otras opciones, y para poder desembolsar créditos.
Por otra parte, cuentan con monederos digitales para recibir dinero de un subsidio, por sugerencia del empleador; de igual forma, antes de abrirlo consideraron otras opciones.
Y entre los argumentos para no tener un producto de depósito, las personas que participaron en la encuesta dijeron por qué cuentan con ingresos bajos o estos son inexistentes: no les sirve, no saben cómo utilizarlo, un servicio o amigo ya tiene el servicio, están reportados negativamente en una central de información.
La tarjeta de crédito fue el producto de crédito más utilizado: 8,4 millones de adultos tenían al menos una vigente, seguido del crédito de consumo con 7,7 millones de adultos y el microcrédito con más de 2,4 millones.
Los productos con menor penetración fueron el crédito de vivienda, con 1,3 millones, y el crédito comercial, con 441.000.
Arias describe que, entre los colombianos, para ahorrar, el 18 % dejan el dinero en su casa, el 9,5 % lo llevan a una entidad financiera, el 8,1 % usa un monedero digital, el 6,1 % usa una cadena de amigos, el 4,5 % realiza un préstamo.
Los colombianos ahorran para atender emergencias o imprevistos, pagar deudas, aumentar sus ingresos, educación, para la vejez, recreación, viajes, entretenimiento, celebraciones, comenzar a invertir en un negocio.
El ahorro es clave, es una piedra angular. Las personas estamos expuestas a imprevistos y hay que estar listos para afrontar los diferentes choques que se puedan presentar. Hay que trabajar en varios frentes. Uno es el de la educación financiera. Los colombianos no estamos pensando a largo plazo.
De igual forma, hay temas culturales que se deben seguir trabajando, el cambio de mentalidad. También se deben trabajar en productos financieros que realmente se ajusten a las necesidades de ahorro de la sociedad.
Fundada en el año 2000 con la misión de “elevar el nivel profesional del Contador Público”
