La informalidad se ubicó en 44,6 % para el trimestre de diciembre de 2021 a febrero de 2022, de acuerdo con el informe presentado por el Dane, lo cual deja ver una reducción de 3,7 % en relación con el mismo período del año anterior.
¿Son positivas las cifras? Siguen existiendo inconvenientes con la generación de empleo formal en el país; sin desconocer que la reactivación se ha consolidado y la gran mayoría de los sectores productivos han retomado el curso de sus operaciones.
¿Dónde se está fallando? No se ha logrado el engranaje entre la economía y el mercado laboral. El desempeño de la economía colombiana muestra avances significativos: en el año anterior el crecimiento del PIB fue de 10,6 %, y a febrero de 2022 creció un 8,1 % superando todos los pronósticos; el rezago palpable se da en la creación de nuevos puestos de trabajo, ampliación de nóminas.
Las estrategias y esfuerzos que desde el Ministerio del Trabajo se han venido adelantando mediante incentivos para que las empresas incrementen sus nóminas con trabajadores de 18 a 28 años, y también con hombres y mujeres mayores de 28 años, han dado como resultado la creación de más de 270.000 nuevos empleos; estadísticas que merecen ser revisadas.
No hay que perder de vista que con la pandemia se impusieron nuevas formas de trabajo. ¿Estas aportan a la generación de empleos o fueron producto de la coyuntura, considerando que las tendencias laborales a futuro para la realización de determinadas actividades no dependerán de la presencialidad?
Aunque la automatización de procesos estará presente, también lo estarán los factores técnicos e intelectuales y serán requeridos por las organizaciones empresariales.
Por regiones, la informalidad sobrepasa la tasa nacional; en Cartagena y Santa Marta la informalidad alcanza el 61,7 % y 61,3 % respectivamente. Una problemática que desde antes de la pandemia era bastante visible.
Las administraciones locales deben presentar soluciones viables, repensar la agenda social acercando el recurso humano a los sectores productivos, identificar políticas que sean efectivas y tengan un impacto real (no solo pensadas en beneficios) en la generación de nuevos empleos, las cuales contribuyan al desarrollo sostenible de las ciudades.
Organismos internacionales como el Fondo Monetario Internacional han señalado que la economía mundial se verá afectada por el conflicto entre Rusia y Ucrania; sin embargo, para Colombia las proyecciones continúan al alza con un 5,8 % para este año 2022. El crecimiento económico tiene que ser acompañado con empleo de calidad, dándole paso a los grandes proyectos que impulsen una mayor dinámica laboral.
Quien salga elegido en las próximas elecciones presidenciales asumirá el reto de sacar adelante un régimen laboral integral que permita disminuir el desempleo y hacer frente a los altos índices de informalidad laboral.
Roberto Carlos Torres Aguas.
Contador público, especialista en Finanzas, diplomado en Formación para la Educación Superior y en Normas Internacionales Contables e Información Financiera.