Este artículo fue publicado hace más de un año, por lo que es importante prestar atención a la vigencia de sus referencias normativas.
El Banco de la República indica que, en cuanto al número de transacciones, el efectivo es el instrumento más utilizado.
En el sector comercio, el efectivo es el instrumento con mayor aceptación.
¿Se debería restringir el uso del efectivo en Colombia para aumentar el recaudo y evitar la evasión?
Los instrumentos de pago al por menor son un canal de estabilidad económica y hacen parte del funcionamiento del comercio en Colombia. Entre estos se encuentran el efectivo, las tarjetas débito y crédito, los cheques y las transferencias electrónicas.
Los resultados de la encuesta de percepción sobre el uso de los instrumentos, para los pagos habituales en Colombia 2022, realizada por el Banco de la República, indican que el efectivo es la forma de pago preferida por el público en sus transacciones habituales de bajo monto. Además, el comercio percibe que el efectivo es el medio de pago más utilizado por sus clientes.
Jorge Hernán Toro, magíster en Economía e investigador del Banco de la República, afirma que debido a que muchas de las transacciones en efectivo no dejan ‘huella’, como sí pasa con las que se hacen con instrumentos electrónicos de pago, es importante entender las razones para su preferencia y la importancia que han adquirido instrumentos de pago diferentes.
En lo que tiene que ver con el número de transacciones, la encuesta muestra que a nivel nacional el efectivo es el instrumento más utilizado (78,4 %), seguido por las transferencias electrónicas (12,6 %), tarjeta débito (7,9 %) y la tarjeta de crédito (1,2 %).
Poniendo la lupa en las ciudades, Bogotá es donde se percibe un menor uso del efectivo y una mayor utilización de transferencias electrónicas. En Cali, Medellín y Barranquilla el uso de este es considerablemente mayor, en oposición al empleo de las tarjetas débito y las transferencias electrónicas.
Entre las principales razones que justifican la mayor preferencia por el efectivo se encuentran:
La encuesta también muestra que la pandemia redujo notablemente la importancia del efectivo como instrumento de pago al disminuir su uso por parte de la población, del 88,1 % en 2019 a 78,4 % en 2022, por número de transacciones.
Por otra parte, el uso de las transferencias electrónicas tuvo un impulso al aumentar su participación a 12,6 % en 2022, superior en casi cinco veces a la que se registraba en 2019 (2,7 %). Es más, muchas personas y comercios utilizaron este medio de pago por primera vez en medio de la pandemia (16,5 % de las personas y el 22,8 % del comercio).
Desde el punto de vista del comercio, el efectivo es el instrumento con mayor aceptación, con algunas excepciones como en el caso de algunos servicios de transporte público (SITP, alimentadores, Transmilenio y similares).
En cuanto a instrumentos de pago diferentes al efectivo sobresalen los hipermercados y las estaciones de servicio, donde la aceptación de tarjetas débito y crédito supera el 90,0 %. Las transferencias electrónicas también gozan de un elevado grado de aceptación, que en algunos establecimientos comerciales superan el grado de aceptación de las tarjetas de pago.
Toro afirma que la encuesta presenta un avance importante del país en la adopción de instrumentos de pago electrónicos que sustituyen al efectivo y estimulan la tenencia de medios de pago (el depósito electrónico y las cuentas de ahorro).
Este proceso, que paradójicamente estimuló la pandemia, mejora la trazabilidad de las transacciones económicas y favorece la intermediación financiera. No obstante, aún existe un amplio margen de desarrollo en la medida en que el uso del efectivo sigue siendo predominante, y que los estratos bajos de ingreso, la utilización de medios de pago electrónicos y la tenencia de cuentas bancarias y demás activos financieros siguen siendo precarios.
En medio de las discusiones de la reforma tributaria, Ley 2277 de 2022, algunos gremios y empresarios presentaron ideas que buscaban aumentar el recaudo y evitar la evasión. Una de ellas tenía que ver con el desincentivo del uso del efectivo.
Desde el punto de vista del presidente de la Andi, Bruce Mac Master, al prohibir el efectivo a partir de cierto monto, por ejemplo desde los 10 millones de pesos, las entidades podrían hacer mayor seguimiento a todas las transacciones y evitar la evasión de impuestos como el IVA y la renta. Además, permitiría conocer la economía informal de forma detallada.
En ese entonces el expresidente de la Asobancaria, Hernando José Gómez, se mostró a favor de la propuesta. Para él, las grandes transacciones que se realizan en dinero físico son prácticas usuales para evadir impuestos.
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