Para Jaime Tenjo, en Colombia ya existe un camino para pensar en un seguro de desempleo, el cual sería la base para desarrollar políticas laborales de generación de empleo.
Las cesantías y los mecanismos de protección al cesante son dos instrumentos con los que se cuenta para lo anterior.
Desde el punto de vista de Jaime Tenjo, economista con maestría y doctorado de la Universidad de Toronto, el proyecto de reforma laboral que se hundió tenía como objetivo proteger el empleo de los trabajadores, así como defender sus ingresos. Este investigador y profesor de cátedra en la Universidad Javeriana, en su análisis titulado Reforma laboral: ¿proteger el empleo o los ingresos de los trabajadores?, expone lo siguiente:
Lo uno lleva a lo otro. Hay maneras de proteger los ingresos de los trabajadores sin tener que pagar los costos en eficiencia, informalidad y niveles de ocupación, que implica la protección del empleo.
Dirigir los esfuerzos a la protección laboral causa rigidez en los mercados laborales y limita la capacidad de generación de empleo.
La mejor alternativa sería proteger los ingresos a través de un seguro de desempleo, con lo cual se permite la flexibilidad que los mercados laborales requieren para realizar los ajustes que necesita el crecimiento de la economía.Claramente, esto plantea un debate a fondo sobre las instituciones y la política laboral, que deberíamos estar haciendo por mandato del artículo 53 de nuestra constitución, donde se ordena adoptar el Estatuto del Trabajo. Desafortunadamente, ni el Gobierno, ni los trabajadores, ni los empleadores parecen estar interesados en estos temas.
Tenjo explica que en el país ya existen algunos elementos de protección a los ingresos de los trabajadores que se pueden tomar como base para desarrollar adecuadamente un seguro de desempleo. Se trata de las cesantías y los mecanismos de protección al cesante –MPC–. Sin embargo, estos presentan limitaciones importantes que les impiden brindar una adecuada protección a los ingresos de los trabajadores.
El MPC manejado por las cajas de compensación aplica solo a quienes hayan contribuido a ellas anteriormente (trabajadores formales). Es un sistema fraccionado porque cada caja tiene su propio fondo y la cobertura regional es muy desigual.
Los pagos son demasiado pequeños para garantizar niveles adecuados de consumo y una apropiada estabilización en sus fluctuaciones generadas por el desempleo. Además, estos no tienen relación con el riesgo o la duración del desempleo.
En cuanto a las cesantías, Tenjo afirma que al ser cuentas individuales que no permiten la agregación de riesgos, los recursos que una persona empleada tiene en su saldo no son utilizables para financiar los pagos a otra persona que está desempleada:
Los niveles de protección que ofrecen las cesantías dependen del monto de capital acumulado y no del riesgo y duración del desempleo de la persona. Este sistema tampoco sirve como una herramienta macroeconómica contracíclica, ni se pueden integrar a otras medidas de política laboral.
Agrega que el uso de las cesantías se ha distorsionado utilizando los recursos para otros fines, por lo que el verdadero nivel de protección brindado a los trabajadores es mucho menor de lo que se piensa.
A pesar de los anteriores problemas expuestos, Tenjo tiene claro que en Colombia ya existe un camino recorrido para pensar en un seguro de desempleo, el cual sería la base para el desarrollo de políticas laborales integrales de generación de empleo.
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