Gustavo Francisco Petro Urrego, militante de la izquierda, con 11.281.013 votos, fue elegido presidente de Colombia para el período 2022-2026. Su primer discurso giró en torno a la unidad y al diálogo para lograr consensos con la oposición, lo cual permita sacar adelante su plan de gobierno y los proyectos que se requieren en pro del bienestar colectivo y la justicia social; el mensaje invita a todos los sectores a trabajar de la mano con el nuevo Gobierno. Se trata de un gran acuerdo nacional donde se concentren fuerzas para alcanzar desarrollo y progreso en las regiones.
¿Qué sigue? La agenda política deberá establecer prioridades, lo socioeconómico como punto de partida. Las ideas que cautivaron y motivaron a un gran número de electores a creer que sí es posible vivir en una Colombia Humana de cambios y transformaciones tienen que volverse una realidad. El progresismo con énfasis en un capitalismo incluyente tiene que ser llevado a la práctica con estrategias, planes y recursos sostenibles para que se muestren resultados favorables.
La esperanza de muchos colombianos en las propuestas de Petro obedece a ese clamor por oportunidades, por el mejoramiento de las condiciones de vida y por el anhelo de tener un futuro digno. La educación es vista como la base de conocimientos para insertarse a un mundo laboral cada día más esquivo a las nuevas generaciones. La tasa de desempleo a abril de este año en 11,2 % es la prueba de las brechas por cerrar en materia laboral.
Desde el inicio del mandato, con una buena gestión se puede generar la confianza que el sector empresarial espera del presidente electo para mantener en funcionamiento sus operaciones con aportes al crecimiento económico. Después de la crisis por la pandemia y actualmente la volatilidad y perturbaciones en los mercados internacionales, el desempeño de la economía en el primer trimestre ha sido positivo. El PIB, de acuerdo con el Dane, creció 8,5 %, superando las proyecciones establecidas. En el horizonte se perciben flagelos que se intensifican, como la inflación y sus impactos en bienes y servicios de consumo y uso masivo.
La apuesta por un modelo económico en el que la distribución del ingreso sea justa entre todos los factores de la producción (mano de obra, capital y empresa), no en el que el capital se apropie de todos los beneficios, es una de las banderas dentro del plan de gobierno. Esta será viable si cuenta con el apoyo del Legislativo y de los gremios para realizar las reformas necesarias.
Una “democracia imperfecta” marcada por las alianzas entre partidos y movimientos políticos demanda no perpetuarse. El primer Gobierno de izquierda comienza a escribir su historia el próximo 7 de agosto con la transferencia de poder, la posesión ante el Congreso de la República, el juramento a Dios y la promesa al pueblo colombiano de cumplir fielmente la Constitución y las leyes.
Roberto Carlos Torres Aguas
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