El Gobierno electo no ha especificado detalles sobre las megapensiones, pero con una reforma pensional se pueden acortar las distancias.
La cobertura del sistema pensional es mayor entre más altos sean los ingresos de los hogares.
Muchas personas no pueden pensionarse con el sistema pensional actual, y si lo hacen las mesadas son muy bajas o demasiado generosas para unos pocos.
Para José Saade Figueroa, politólogo, especialista en Derecho Constitucional y magíster en Política Social, las megapensiones en Colombia son alarmantes. Esto afirma en Reforma pensional: megapensiones y desigualdad:
Son islas de riqueza en océanos de miseria. Pero el problema no son los montos elevados, sino que muchas personas no puedan siquiera acceder a una pensión.
Afirma que cerca del 30 % de la población colombiana se caracteriza por vivir en la informalidad; los ingresos por hogar son inferiores a un salario mínimo y en condiciones de pobreza. Las discusiones sobre el salario mínimo o el sistema pensional no tocan a este segmento de la población.
El siguiente segmento son los hogares con ingresos entre uno y cuatro salarios mínimos. Este grupo representa el 60 % de la población. Recalca lo siguiente:
El sistema pensional sí opera aquí, pero no completamente. Si se suman ambos grupos, el 90 % de la población gana menos de cuatro millones de pesos.
Dentro del 10 % restante de la población, las desigualdades son muy pronunciadas. No son magnates, pero en Colombia lo parecen.
El 2 % de estos hogares más ricos reciben más de diez millones de pesos mensuales, el 1 % recibe más de catorce millones, y unos pocos hogares tienen ingresos aún mayores. La cobertura del sistema pensional es mayor entre más altos sea los ingresos de los hogares.
Muchas personas no pueden pensionarse con el sistema pensional actual, y si lo hacen las mesadas son muy bajas o demasiado generosas para unos pocos.
La cobertura total del sistema pensional es de apenas el 28 %. Esto se debe a la informalidad y la desigualdad del mundo laboral colombiano. Explica José Saade Figueroa:
La mayoría de las megapensiones corresponden al sector público. Por eso hay la creencia de que es mejor afiliarse a Colpensiones y esto a su vez hace que los voceros de los fondos privados insistan en el desmonte de esta institución y en la completa privatización del sistema.
Una reforma pensional debe reducir las megapensiones y corregir el problema de la desigualdad, y esta reforma puede ser de tres tipos: paramétrica, organizacional o mixta:
Una reforma paramétrica se enfoca en las condiciones de acceso, períodos de cotización o edades de pensión. Una organizacional se enfoca en la modalidad del sistema y sus fuentes de financiación. Por supuesto, las mixtas abordan ambos asuntos.
La propuesta ganadora en las elecciones presidenciales parece abogar por un modelo de pilares. En la práctica este modelo ya existe en los fondos privados, pues se garantiza una pensión mínima que debe ser cubierta por el Estado para quienes ganan hasta un salario mínimo, y para ello los fondos se apropian de casi una décima parte de lo que aportan los afiliados.
La propuesta de pilares es la escogida por el Gobierno electo. Ampliaría el monto mínimo de cotización del primer pilar, fijándolo en 4 salarios mínimos. Según esto, cerca del 90 % de la población haría parte del modelo.
Esta reforma sería mixta, pero tendría más elementos organizacionales; pretende cambiar la cohabitación-competencia entre los sistemas pensionales por un modelo de complementariedad entre ambos.
El Gobierno electo no ha especificado detalles sobre las megapensiones, pero la reforma puede ayudar a acortar las distancias.
Las megapensiones son consecuencia de la desigualdad en la capacidad de presión de los altos funcionarios del Estado, y por eso en teoría son contrariara al principio de igualdad que estable la Constitución.
Se necesitan una reforma pensional organizacional, una reforma fiscal y sobre todo una transformación económica en el país para solucionar el problema de la pobreza. Concluye Saade:
Únicamente así se concebirán como inverosímiles las elevadas mesadas de unos pocos, pues los derechos estarán al alcance de las mayorías.