Miguel Largacha destaca que con el proyecto de reforma pensional se reducirían los subsidios a las pensiones altas.
Advierte que no se aumentaría la cobertura pensional y se eliminaría la posibilidad de elección y la heredabilidad de los ahorros.
Conoce su punto de vista a continuación.
Miguel Largacha Martínez, presidente del fondo de pensiones y cesantías Porvenir, socializó su punto de vista sobre proyecto de reforma pensional presentado por el Gobierno nacional. Habló sobre los puntos positivos y los desafíos que presenta.
«Existe la necesidad de llevar a cabo una reforma integral de protección a la vejez que permita focalizar los subsidios en la población que realmente los necesita, en entregar más y mejores beneficios pensionales y en alcanzar un sistema que sea sostenible en el tiempo», dice.
Entre los puntos positivos que destaca Largacha está la unificación del sistema, en la medida en que la propuesta elimine la competencia entre el régimen público y el privado, y vuelve complementarios el régimen de prima media y el de ahorro individual.
También destaca la ampliación y formalización del pilar solidario, con el cual se amplía la protección de la población mayor más vulnerable, mediante un incremento del subsidio.
De igual forma, es positivo que se amplía la cobertura del pilar semicontributivo, otorgando beneficios a la población que no alcance el tiempo de cotización requerido.
El presidente de Porvenir, destaca que con el proyecto se reducirían los subsidios a las pensiones altas, ya que al fijar el tope de contribuciones al pilar contributivo del régimen de prima media en 3 salarios mínimo se limita el valor de los subsidios.
Por otra parte, reconocer la maternidad, la población no binaria y la posibilidad de cotizar por días, semanas, hacen que el sistema pensional sea más inclusivo y con mayores mecanismos de cotización.
Sobre la transición y oportunidad de traslado piensa que se respetan los derechos adquiridos y las expectativas legítimas de quienes han cotizado por más de 1.000 semanas. «Los afiliados que están a menos de 10 años para la edad de pensión y con más de 1.000 semanas cotizadas podrán trasladarse de régimen», destaca.
Ahora, frente a los puntos que representan un reto, Largacha piensa que el proyecto no aumenta la cobertura pensional. «Uno de los factores principales detrás de la baja cobertura pensional del país es la elevada informalidad y la baja densidad de las cotizaciones en la mayoría de los afiliados», dice.
Cálculos señalan que la cobertura del pilar contributivo, en el cual están las personas trabajadoras, (dependientes, independientes, personas con capacidad de pago para cotizar que les permite acceder a una pensión, invalidez o sobrevivientes en el sistema y demás prestaciones) podría llegar a disminuirse por debajo del 20 %. En promedio, un colombiano solo cotiza 12 años, por lo que un mercado laboral robusto es fundamental para ampliar la cobertura pensional.
El proyecto también elimina la posibilidad de elección y la heredabilidad de los ahorros, «teniendo en cuenta que limita las opciones de elección de régimen pensional que hoy tienen los afiliados, y quita la oportunidad de que los aportes sean heredables hasta quinto nivel de consanguinidad».
Desde el punto de vista de Largacha, el pilar contributivo debe ser de ahorro individual. Para garantizar la sostenibilidad tanto financiera como por el envejecimiento poblacional, el sistema pensional propuesto debe estar basado en el ahorro. «Para lograrlo, el pilar contributivo puede ser de ahorro individual o empleando lo que se conoce como cuentas nocionales», opina.
Finalmente, si se insiste en el pilar contributivo, el desafío será reducir el umbral de 3 salarios mínimos a 1 salario mínimo, lo anterior para minimizar los efectos del costo fiscal, el impacto en el ahorro privado y la permanencia de los subsidios. «Los subsidios deben ir a quienes realmente lo necesitan, en función al monto del salario», enfatiza.