Falta poco para que los colombianos elijan a quien regirá los destinos del país durante los próximos cuatro años. La pobreza monetaria se muestra como uno de los grandes retos que deberá enfrentar el nuevo inquilino de la Casa de Nariño. No son solo cifras, es la dura realidad que se vive y que afecta a muchos hogares.
¿Se puede superar la pobreza en Colombia? ¿Cuál de los candidatos en contienda tiene una propuesta viable para la erradicación de la pobreza? Programas sociales como Adulto Mayor, la devolución del IVA e Ingreso Solidario, aunque han sido de ayuda, no son la solución ideal, dado que su sostenibilidad y continuidad puede verse afectada por variables y factores externos e internos que desde ahora hay que reconocer.
Aunque los pronósticos de crecimiento son alentadores, soplan vientos a favor de las exportaciones de petróleo a más mercados. El conflicto entre Rusia y Ucrania incentiva presiones en la economía mundial. La disparada inflación y las tensiones políticas, económicas y sociales que puede traer consigo la elección del nuevo presidente serán decisivas por las reformas, ajustes y cambios que se realizarán.
No puede cimentarse la atención a los más vulnerables solo con ayudas y apoyos económicos. Es necesario crear condiciones para mejorar sus condiciones de vida con la optimización y acceso a los servicios básicos esenciales a costos razonables, y entrenamiento en habilidades que les permitan volcarse hacia actividades productivas e insertarse en el mercado laboral.
En el año 2021 la pobreza monetaria fue de 39,3 % y la monetaria extrema de 12,2 %, cifras reflejadas en el reporte presentado por el Dane; en comparación con el año 2020 se puede observar una reducción de 3,2 % en pobreza monetaria, y 2,9 % en pobreza monetaria extrema. ¿Se han cumplido las metas del actual Gobierno? Sin duda, no existe fórmula mágica para disminuir los indicadores de pobreza en corto tiempo, y en campaña las promesas que se ofrecen con tinte populista terminan quedándose cortas. No se cumple ni se responde a las expectativas de la población. La precariedad y la exclusión no dan tregua, y las deudas sociales siguen multiplicándose.
Porcentajes elevados revelan que aún queda mucho por hacer. El comportamiento y la tendencia negativa de la pobreza se presenta principalmente en los países en vías de desarrollo, donde el hambre, la falta de vivienda, la falta de agua potable, la poca atención en servicios de promoción y prevención en salud y la carencia de educación inclusiva prevalecen. La delgada línea entre pobreza y desigualdad gana terreno. ¿Es posible confrontar la pobreza y sus consecuencias? Si no se lleva a cabo una transformación social, evolucionando como sociedad y eligiendo un buen gobernante, la pobreza y sus implicaciones no podrán ser erradicadas.
Roberto Carlos Torres Aguas
Contador público