La sexta recomendación que planteó la Commission Pathways fue:
Create mechanisms for collecting, analyzing and disseminating information about the current and future markets for accounting professionals and accounting faculty.
En casa de herrero, azadón de palo. Muchos contadores viven predicando el buen gobierno, el control interno y, ahora, la sostenibilidad. Pero, excepto algunas, las firmas no suelen aplicar lo que manifiestan. A toda empresa se le suele recomendar el conocimiento de sus mercados. Pero tratándose de la contaduría, casi no sabemos nada. Poco a poco estamos hablando de cuántos son, cuántos ya no están activos, qué remuneración obtienen recién egresados, cuántos programas están activos y autorizados para funcionar, cuántos se han acreditado, cuántas firmas están activas. A duras penas algunos construyen tablas que los ordenan por ingresos. Otros han logrado una georeferenciación. Pero los hechos son innegables: no conocen sus clientes lo suficiente para ayudarles y prestarles servicios verdaderamente a su medida. “Nosotros los ayudamos a cumplir” es un lema menos seductor que “nosotros los ayudamos a progresar siendo socialmente responsables”.
Con tantos profesionales, tantas firmas, instituciones de educación superior con programas de pregrado y posgrado en contaduría, existen muchísimos medios para compendiar un excelente estudio de mercado. Como sabemos, hay una gran diversidad de clientes, así como una variedad de actividades que realizan participando en múltiples mercados. Por ahora, al fin, parece que estamos tomando conciencia de la pirámide empresarial, compuesta por poquísimas entidades grandes y muchísimas muy pequeñas. Parece que el tamaño diminuto hace imposible llevar a la práctica discursos que los contadores repiten sin fijarse, como lamentablemente lo hacen algunos con las avemarías de un rosario.
Nuestra cultura no aprecia la historia. Todo lo desechamos. A duras penas documentamos el siglo XX y el actual, mientras en otras latitudes los estudios de investigación se pasean por todo el segundo milenio. Tampoco analizamos la documentación que tenemos. Tratándose de documentos impresos en papel, el polvo que sobre ellos reposa es un testigo innegable de nuestro desinterés por ellos.
Es lamentable porque hay muchas cosas, conceptos y prácticas que se originaron y crecieron hace tiempo, lo cual está expuesto y explicado en textos antiguos que hoy estamos regalando. Luego viene el problema de la publicación. Le damos gran importancia a la indexación nacional e internacional, aunque su consulta sea mínima.
No pensamos en la necesidad de dar a conocer a la propia profesión y a los demás interesados el conocimiento contable. Seguimos empeñados en imprimir en papel lo que se difunde entre muchas más personas y naciones con menores costos, utilizando medios electrónicos. Como bien se dice en la recomendación de la comisión que estamos comentando: la información, además de histórica, debe ser prospectiva, como se exige en toda entidad de negocios. Al exponer las calidades de la información planteamos su valor predictivo, pero lo que producimos nos habla de modas que solo nos llevan al inmediato consumo.
Hernando Bermúdez Gómez
Tomado de Contrapartida – De Computationis Jure Opiniones
Número 6628, Mayo 30 de 2022