Este artículo fue publicado hace más de un año, por lo que es importante prestar atención a la vigencia de sus referencias normativas.
El impuesto que pretendía gravar las iglesias sobre sus actividades comerciales se cayó en fase de conciliación del proyecto de reforma tributaria.
Varios congresistas celebraron la decisión de la comisión conciliadora.
Mira aquí las razones de la anulación de este impuesto.
La constitución de 1991 plantea que el estado colombiano es de carácter laico, es decir que es independiente de cualquier organización o confesión religiosa, por lo tanto, las autoridades políticas no se adhieren a ninguna religión o creencia para tomar sus decisiones de política nacional.
Sin embargo, parece que lo señalado en el párrafo anterior no fuera del todo claro para algunos congresistas de nuestro país. El proyecto de reforma tributaria planteaba inicialmente en el artículo 14 imponer un impuesto de renta del 20 % a las iglesias por sus actividades comerciales, sin embargo, el día de ayer la comisión conciliadora del proyecto de ley, decidió eliminarlo del articulado.
La senadora María José Pizarro, del Pacto Histórico, explicó durante la Plenaria del Senado que este impuesto sobre iglesias pretendía cobrar impuestos sobre sus actividades comerciales y no sobre sus actividades religiosas.
Estamos hablando no de un impuesto a un culto, sino a negocios que tienen las iglesias, que tienen ganancias, con servicios hoteleros y organización de eventos, sin pagar IVA, mientras otras empresas que realizan los mismos servicios sí tienen que pagar IVA.
En contravía con Pizarro y bastante desorientado de lo que plante el artículo en mención, el senador Miguel Ángel Pinto, del Partido Liberal, manifestó durante dicha plenaria que las iglesias no pueden pagar impuestos, pues ya realizan una inversión social bastante importante.
Una Constitución liberal fue la que estableció precisamente la libertad de culto y la garantía para que cada uno de los colombianos pueda ejercer de manera libre la religión que quiera. Decir que es un país laico no significa que sea un país ateo y hay una deuda histórica y si hay alguien que haya invertido en lo social en la historia del país ha sido precisamente la iglesia.
Cabe recordar que, el impuesto a las iglesias fue negado en el Senado durante el segundo debate, mientras que en la Cámara de Represente había sido aprobado.
Cifras de la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales (Dian) indican que en Colombia hay unas 8.000 iglesias con un patrimonio bruto de 14,4 billones de pesos e ingresos por 5,4 billones de pesos, sin duda financieramente no les va nada mal.
De igual forma, según datos del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane), el número de personas que creen en un ser superior constituye el 90 % de la población y cada año se incremente aún más. De igual manera, Colombia ocupa el séptimo puesto en los creyentes en la religión católica.
Por otro lado, la iglesia ha tenido un papel fundamental ante la difícil situación de violencia que ha tenido el país durante años. Los hechos indican que la iglesia ha tenido una fuerte influencia en resolver conflictos internos, proceso de paz y unión entre la sociedad civil y el estado. Dichas situaciones que el estado no ha podido resolver o que ha resuelto a medias, dejando a la iglesia como héroes ante la ciudadanía.
De acuerdo con lo anterior, la iglesia ha optado por tener participación política en Colombia, pastores como John Milton Rodríguez, Emma Claudia Castellanos y Alexandra Moreno Piraquive (hija de María Luisa Piraquive) entre otros, han llegado a ocupar una curul en el Senado de la República.
Estos pastores han sido elegidos por los colombianos con la promesa de un país mejor, alejado de la política tradicional y la corrupción, por una representación que busque interceder para lograr proyectos de ley que mejoren el bienestar de la ciudadanía.
Sin embargo, desde la elección del presidente Gustavo Petro el pasado 19 de junio de 2022 (teniendo a Rodríguez como rival en la contienda por la presidencia) se esperaba un gobierno progresista alejado de la política tradicional, con una reforma tributaria que buscará gravar a los que más tienen.
Cabe resaltar que, el presidente Gustavo Petro durante su campaña presidencial prometió no cobrar impuestos a las iglesias, incluso señalo que una de sus propuestas es restaurar algunas iglesias y capillas del país.
Por lo que, el artículo que pretendía gravar las iglesias sobre sus actividades comerciales, no cayó nada bien en la comunidad religiosa y en aquellos congresistas de la oposición y la no oposición.
Dicha controversia, termino dándole la victoria a aquellos promotores que decían no al cobro de impuestos a las iglesias y dejando a saber al estado colombiano que la iglesia tiene poder.
En Colombia, en promedio se registran 600 iglesias, casi 2 por día, y en lo que va de este año se han inscrito más de 500 nuevas congregaciones en Asuntos Religiosos del Ministerio del Interior.
John Milton Rodríguez, pastor y senador de la República, manifiesta en un video en su cuenta de Twitter que las iglesias ya pagan impuestos. Rodríguez dice:
Las iglesias en Colombia ya pagan impuestos, tanto el IVA como los parafiscales. Estos son impuestos que las iglesias asumen en su estructura de costos y que no se pueden descontar de ninguna manera, como tampoco se pueden descontar los planes y proyectos que se asumen a nivel social, de educación, de restauración a personas adictas a las drogas, o los programas de restauración de mujeres víctimas de violencia.
En concordancia con Rodríguez, las organizaciones religiosas manifiestan que buscar recaudo tributario por medio de las iglesias es un pecado y que, si se trata de buscar fondos para ayudas sociales, la iglesia ya realiza un trabajo social importante, erradicado el hambre, sacando jóvenes de la drogadicción y realizando obras sociales para comunidades.
El poco o escaso apoyo que reciben quienes quieren gravar las iglesias, hace que se aleje significativamente la posibilidad de buscar que las iglesias paguen más impuestos. Sobre este punto, según Nicolás Carrero, experto tributario y director de Carrero y Asociados, expresa en Las 2 Orillas que las iglesias sí deberían hacer algún tipo de contribución al fisco, pues “mueven bastante dinero”, pero nadie las controla:
No llevan facturas, no tienen un sistema contable y hay muchas fachadas de iglesias que mueven demasiada plata, con una cantidad de ahorros tributarios que no le aportan nada al fisco. Deberían tributar así sea un poco.
Debe fortalecerse los controles de los dineros recibidos por parte de las iglesias. Cabe recordar que años atrás la fiscalía general de la nación investigaba si las iglesias cristianas lavaban dinero de reconocidos narcotraficantes colombianos.
Las iglesias por ser Esal no tienen obligación legal de tener medidas de prevención contra el lavado de dinero, por lo que organizaciones como la Dian, la SuperSociedades, Superfinanciera y el Ministerio del Interior, deben realizar medidas de prevención y estrategias de penalización para estas instituciones.
Expertos recomienda una política de manejo de ingresos (iglesia vs. manejo de ingresos propios o para terceros) en un proceso de bancarización, contabilización, declaración de impuestos, etc.
Finalmente, hay que procurar que las donaciones recibidas por parte de terceros a las iglesias, se realice una política de conocimiento del donante para así evitar recibir dinero de fuentes fraudulentas o de organizaciones al margen de la ley.
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