Con nubarrones en el plano económico y buscando alcanzar el “gran acuerdo nacional” asumirá la presidencia Gustavo Petro. Tarea que puede resultar compleja. Gobernar un país como Colombia requiere más que conocimientos y experiencia en el manejo de la cosa pública; voluntad política y gestión no solo en el nivel central, los entes territoriales son parte integral del Estado y merecen ser tenidos en cuenta con mayores espacios de atención a sus problemáticas.
Es posible derrotar la pobreza, indiferencia y la desigualdad mediante la intervención estatal sin afectar los derechos y las libertades. La gobernabilidad no puede estar sujeta a imposiciones, ni a privilegios.
Los cambios no pueden realizarse todos a la vez. Existen aspectos esenciales que tienen prelación porque marcarán el antes y después de la administración Petro. Los diagnósticos en materia económica, agraria, pensional y de empleo son bastante profundos y documentados; problemas que han venido acrecentándose con el pasar del tiempo y de gobiernos que no han logrado sacar adelante sus proyectos y afianzar el fortalecimiento institucional y la capacidad estatal.
Contar con el respaldo de las bancadas en el Congreso de la República permitirá que se puedan sacar adelante las reformas a radicarse con carácter apremiante, como la tributaria (atacar la evasión de impuestos) para el incremento de los ingresos con los cuales se financiarán los programas sociales, lograr reducir el déficit fiscal y mejorar la calificación financiera ante entidades internacionales, buscando con ello la recuperación del grado de inversión por la importancia que reviste para los inversionistas.
La agenda legislativa del nuevo Congreso, marcada por las iniciativas que pondrá a consideración el ejecutivo, precisa estudiar, revisar y evaluar responsablemente los temas para darles trámite; lo anterior no significa que todo tiene que ser aprobado sin los respectivos ajustes que se deban realizar a los proyectos atendiendo las normas. Las distintas fuerzas políticas deben llegar a acuerdos. Es claro que lo social y económico son de interés general por la coyuntura y su impacto en todo el contexto nacional.
¿Se justifican las reformas y cambios que propone Petro? Lo verdaderamente justo es que el Estado colombiano cumpla con los fines esenciales consagrados en el artículo 2 de la Constitución Política. Las entidades deben ser eficientes dentro de la estructura administrativa estatal, que no se conviertan en fortines del clientelismo y la burocracia; hay que poner fin a las viejas costumbres, causantes de los desencantos políticos y del aumento de la desconfianza ciudadana en los gobernantes y en las instituciones. En ese sentido, es válido cambiar la naturaleza del sistema político que nos rige. Un Gobierno de cambios que brinde garantías.
Roberto Carlos Torres Aguas
Contador público, especialista en Finanzas, diplomado en Formación para la Educación Superior y en Normas Internacionales Contables e Información Financiera –NIIF–.