Este artículo fue publicado hace más de un año, por lo que es importante prestar atención a la vigencia de sus referencias normativas.
En 2021, por exenciones y beneficios tributarios el Estado dejó de percibir 93 billones de dólares, casi el 8 % del PIB.
Para Gustavo Cote estos son señal de inequidad. Eduardo Lora afirma que son arbitrarios.
Desmontar beneficios tributarios es sinónimo de aumentar el recaudo, dice Miguel Ángel García.
Quitar exenciones y beneficios tributarios para recaudar más. Esa es la estrategia del nuevo Gobierno de la mano del proyecto de reforma tributaria que radicó en el Congreso de la República.
Las zonas francas, el sector de la construcción y las actividades extractivas de la minería e hidrocarburos están en la mira.
El diario La República publicó que en el año anterior las arcas del Estado dejaron de percibir 93 billones de dólares, casi el 8 % del PIB, por las llamadas gabelas tributarias, derivadas de tratamientos especiales gracias al lobby, deducciones y las onerosas exenciones «que el nuevo Gobierno quieren acabar de tajo, tal como lo recomendó la Comisión de Expertos de Beneficios Tributarios el año pasado».
Gustavo Cote, exdirector de la Dian, afirma en entrevista con Actualícese que es positivo que el Gobierno piense evaluar y acabar con la cantidad de beneficios y exenciones tributarias con las que cuentan las empresas.
Cote destaca que, después de su elección, el nuevo ministro de Hacienda, José Antonio Ocampo, fue claro en esta medida.
Realmente no es justo mantener las exenciones tributarias frente a otros sectores económicos diferentes a los amparados por tales beneficios.
Para él, algunos ejemplos de la inequidad mencionada son el caso del sector hotelero, amparado durante muchos años con desgravámenes, y durante el actual Gobierno patrocinado con una tarifa preferencial en renta del 9 %. Igualmente, la reducción de tarifas para las zonas francas permanentes especiales, figura en la cual una sola gran empresa tiene el privilegio de ser clasificada como usuario bajo dicha denominación, y automáticamente queda con una tarifa del 20 %.
El mantener esta clase de situaciones discriminatorias y otras similares es un atentado contra la neutralidad del sistema y castiga injustamente a los actores empresariales que hacen un gran esfuerzo para cumplir con la sociedad pagando sus impuestos sometidos al tratamiento general.
Eduardo Lora, economista, investigador de fenómenos económicos y sociales en entidades como Fedesarrollo, el Banco Interamericano de Desarrollo y la Universidad de Harvard, dice en diálogo con Actualícese que la mayoría de las exenciones son arbitrarias.
Simplemente reflejan el poder de cabildeo del sector correspondiente, o el capricho del último presidente, que viene a ser lo mismo.
Para Miguel Ángel García López, presidente de la Asociación Centro de Estudios Grupo de los 100, agremiación de contadores públicos, Gustavo Petro busca ubicar a Colombia, de manera gradual, al nivel de la tributación de los países de la OCDE. Esto explicó en Actualícese:
Lo anterior se haría desmontando beneficios tributarios, eliminando rentas cedulares, decretando dividendos al menos en un 70 %, así como normas penales por evasión.
Hay que mirar con lupa cuáles son los beneficios tributarios que le desmontarían a las empresas, ya que hay muchos que no sirven, por lo que no se han visto resultados positivos. Frente a los que están enfocados a las personas naturales, es más complicado hacerlo.
El saliente director de la Dian, Lisandro Junco, en entrevista con Noticias Caracol dijo que el próximo año se acabarán los beneficios tributarios del sector turístico, de algunos restaurantes. Esto equivale a dos billones de pesos que ingresarán sin hacer reforma tributaria.
Soy respetuoso de las políticas del gobierno entrante, pero cuando uno habla de beneficios tributarios, en este gobierno siempre le dimos una contraprestación, porque por ejemplo hoy en día un empresario se le da un beneficio tributario cuando contrata un joven, los estamos motivando para contratar jóvenes, personas vulnerables.
¿Qué pasa si les quitas ese beneficio tributario?, pues el empresariado no los va a contratar porque no va a encontrar propiamente un valor agregado a su gestión.
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