Este artículo fue publicado hace más de un año, por lo que es importante prestar atención a la vigencia de sus referencias normativas.

«La actitud de los contadores frente a las NIIF es cada vez de mayor aprendizaje y aceptación»


«La actitud de los contadores frente a las NIIF es cada vez de mayor aprendizaje y aceptación»

Aquí hablaremos sobre...

  • ¿En qué afecta a los Contadores Públicos de Colombia la evidente falta de Unidad gremial?
  • La academia, y en este caso me refiero a las Universidades, ¿Sí esta jalonando el desarrollo de la profesión para enfrentar los retos del futuro de los profesionales?

Juan Fernando Mejía es Contador Público, especialista en impuestos de la Universidad Externado de Colombia; certificado Internacional IFRS emitido por ACCA. Participó de diferentes estudios dentro del proceso de convergencia en Colombia. Docente NIIF de la Pontificia Universidad Javeriana, Universidad de la Sabana, Universidad del Azuay en Ecuador y del Magíster en Negocios y Liderazgo de Empresas de la Universidad Complutense de Madrid, España. CEO de GlobalContable.com. Aquí están sus apreciaciones.

¿La exigencia por decreto de la aplicación de las NIIF, tiene suficiente soporte filosófico como para que produzca un cambio de actitud en los Contadores frente a la internacionalización y la globalización?

Las normas se constituyen en uno de los principales inductores de los cambios en la instituciones sociales, entre ellas la educación. Así, su aplicación en una jurisdicción no se hace por «conciencia» o «filosofía» sino porque así es ordenado por la ley. Por ejemplo, para que muchas Universidades enseñen las NIIF se requiere que una ley las exija y que un decreto las reglamente y las contenga. Por esto presentamos el Proyecto de Ley 165 de 2007 que originó la Ley 1314 de 2009 sobre convergencia contable. De la misma manera, para que las entidades apliquen un conjunto de estándares que mejoran su transparencia empresarial y por tanto su competitividad se requiere este conjunto normativo que actualiza la contabilidad en Colombia.

Ni la ley ni el decreto contienen un soporte filosófico que pueda cambiar la «actitud» del contador, pues la ley misma es un inductor para el cambio, pues se vuelve exigible. Es más bien un rol de la educación el liderazgo en el cambio de actitud.

Sin embargo, hay que reconocer que hizo falta un «Libro Blanco» que permitiera analizar los cambios en la «filosofía» de las normas locales antes de reglamentar las NIIF. España hizo primero ese ejercicio, pues existen contradicciones entre las NIIF (basadas en modelos de Derecho Anglosajón) y normas como las del Código de Comercio (cuya reforma está apenas en curso). También se presentan contradicciones con normas civiles y otras especialidades que se basan en el Derecho Romano (Modelo Latino). Por ejemplo, el Estatuto Orgánico del Sistema Financiero establece que si ciertas entidades reciben un bien inmueble en dación de pago deberá enajenarlo hasta en un periodo de dos años, pero se interpreta que a estos bienes debe aplicar la NIIF 5, la cual señala que es solo uno (extendible únicamente bajo algunas condiciones). Este cambio de «filosofía» genera incertidumbre en la aplicación, pero en general Colombia está haciendo bien la tarea al promover las necesarias reformas y al exigir que se apliquen las NIIF, pues esto aumenta la confianza en los estados financieros y redunda en beneficios como más y mejor información para enfrentar los conflictos de interés (Gobierno Corporativo), para profundizar los mercados financieros y reducir el riesgo en la toma de decisiones financieras de los usuarios generales.

En conclusión, la actitud de los contadores frente a las NIIF es cada vez de mayor aprendizaje y aceptación (en ese orden), cambio de actitud que es inducido por la Ley al introducir nuevos requerimientos basados en modelos de derecho que ciertamente contienen una filosofía de transparencia contable de las entidades ante sus principales usuarios que son quienes le proveen financiación.

¿En qué afecta a los Contadores Públicos de Colombia la evidente falta de Unidad gremial?

En nada. Según el ya fallecido Dr. Tito Livio Caldas, las colegiaturas profesionales son regresivas, pues «evocan prácticas medievales que limitan la competencia y se convierten en entes paquidérmicos y burocráticos». Según él, las colegiaturas «acaban con la libertad de trabajo de los profesionales no afiliados de una parte y, de la otra, impiden la libre competencia». En países como Bolivia y Perú algunos afirman que se constata lo dicho por el Dr. Tito Livio: las colegiaturas son organismos autorizados por el sector público, pero de iniciativa y privada, biformismo que «les permite un cómodo y descarado volte-face que induce a estos gremios de creación legal, con poder público, a caer en incalificables desviaciones y abusos, en formación de roscas inamovibles y corruptas y, finalmente, en conductas mafiosas, como históricamente se ha comprobado».

En general, los problemas de la profesión contable son otros: exceso de facultades de contaduría que genera sobre oferta y, por ende, reduce los honorarios, así como deficiencias en la educación de los contadores en temáticas como finanzas, inglés y sistemas de información. Nada de esto se soluciona con una colegiatura. Ni los médicos, ni los abogados, ni los veterinarios tienen colegiaturas obligatorias como lo pretenden algunos contadores.

Es preferible el esquema actual: agremiaciones voluntarias como el Instituto Nacional de Contadores Públicos o sus «contraparte» organizadas en múltiples «Colegios». También existen las Asociaciones de Contadores de las Universidades. El contador puede escoger estar en alguna de estas agremiaciones o no pertenecer a ninguna. Eso es libertad de asociación, que es a lo que se refiere el artículo 26 de la Constitución Política, el mismo que algunos colegas quieren interpretar como «obligación de asociación».

La academia, y en este caso me refiero a las Universidades, ¿Sí esta jalonando el desarrollo de la profesión para enfrentar los retos del futuro de los profesionales?

Claro que sí. Doy fe de ello. Participo como docente de NIIF en universidades como la Javeriana, la Sabana y he participado en procesos académicos como el que realizó en su momento la Universidad Externado de Colombia para mejorar el programa. Así, muchas universidades hacen esfuerzos por mejorar permanentemente la calidad. Es necesario participar para criticar. Es cierto que algunas universidades se demoraron mucho para iniciar estos procesos, pero aún esas instituciones están trabajando duro para la mejora continua. La primera alerta fue el Informe ROSC que criticó duramente los programas académicos en el 2004 y desde entonces las Universidades han hecho un gran esfuerzo. Falta bastante, pero se ha avanzado.

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