Implicaciones contables y tributarias de las incapacidades médicas

Un trabajador podría enfermarse o sufrir un accidente que le impida seguir realizando sus actividades laborales. Para esto se necesita de una incapacidad prescrita por un médico. Existen dos tipos de incapacidades: de origen común y de origen laboral. Ambas tienen implicaciones contables y tributarias.

Un empleado de alguna empresa podría sufrir un accidente dentro o fuera de ella, o una enfermedad, que le impida seguir realizando sus actividades laborales. En estos casos, el trabajador debe obtener una incapacidad médica prescrita por un profesional de la salud. Durante ese período, la persona incapacitada recibe un auxilio económico. No obstante, hay que tener en cuenta que existen dos tipos de incapacidad: la común y la laboral.

La incapacidad de origen común es aquella contingencia que sucede fuera de las instalaciones de la empresa, como un accidente de tránsito, o realizando alguna actividad que no esté relacionada con el trabajo y fuera del horario laboral.

La incapacidad de origen laboral, como su nombre lo indica, sucede mientras la persona ejerce sus actividades laborales. En este caso, la contingencia es asumida por la administradora de riesgos laborales –ARL–. El empleado recibe un auxilio económico durante el período de incapacidad, que lo paga el empleador y luego lo cobra a la EPS –si es de origen común– o a la ARL –si es de origen laboral–.

Es muy importante que las empresas establezcan el origen de las incapacidades de sus empleados, porque cada una tiene diferentes implicaciones contables y tributarias.

Por este motivo, Actualícese presenta el seminario ABC de las incapacidades: tratamiento contable y tributario. En este espacio, el conferencista brinda explicaciones claras y completas del proceso que deben seguir los empleadores para el reporte y los pagos de las incapacidades, teniendo en cuenta su origen y duración.