Desde el pasado 28 de noviembre se iniciaron las negociaciones para el aumento del salario mínimo en Colombia para el año 2024, con la instalación de la Comisión Permanente de Concertación de Políticas Laborales y Salariales. Este órgano, conformado por representantes del Gobierno, trabajadores y empleadores, tiene como propósito acordar de manera concertada el incremento salarial para el próximo año.
Siendo así, el 15 de diciembre la mesa tomará la decisión sobre un posible acuerdo, que determinará el nuevo salario para el 2024. En caso de consenso, el incremento entrará en vigor el 1 de enero; de lo contrario, las negociaciones continuarán hasta el 30 de diciembre. La ausencia de un acuerdo definitivo en esa fecha llevará al Gobierno nacional a decidir el aumento salarial y del auxilio de transporte para el próximo año.
Al respecto, José Fernando Sandoval, manager del área legal de la firma BDO en Colombia, considera que este aumento tendrá un impacto significativo en la economía colombiana, dada la cantidad de trabajadores que reciben el salario mínimo o un salario inferior al mínimo al mes.
Según cifras reportadas por el Dane y el Ministerio de Trabajo, en Colombia hay 2,24 millones de personas que reciben el salario mínimo. “Asuntos como el poder adquisitivo de los trabajadores y el aumento de los costos laborales para los empleadores son dos de los temas fundamentales en el marco de este debate”, aseguró el experto.
De acuerdo con el mandato constitucional, el aumento del salario mínimo deberá al menos cubrir el porcentaje de inflación, el cual está en 10,15%, según informó el pasado jueves 7 de diciembre el Departamento Administrativo Nacional de Estadística –Dane–; así como tener en cuenta los índices de productividad. Sandoval comparte las implicaciones para los trabajadores y empleadores ante la discusión sobre el incremento del salario mínimo en el país:
1. Para los trabajadores, cuyo salario sea el mínimo mensual o para aquellos que tengan su salario pactado en salarios mínimos, traerá un aumento o nivelación en la capacidad adquisitiva respecto de la inflación.
2. En cuanto a los empleadores, implicará un aumento en los costos de operación y también impactará los siguientes asuntos:
Sobre qué deben hacer las organizaciones para cumplir con la ley, la firma BDO en Colombia insta a las empresas y empleadores a seguir de cerca las negociaciones y cifras de inflación. “Es crucial planificar adecuadamente la nómina y presupuesto para el próximo año. A partir de enero de 2024, deben aplicar el aumento del salario mínimo y del auxilio de transporte a todos los trabajadores con acuerdos de este tipo de remuneración”, afirmó.
Por su parte, Rubén Cortés, socio de Nómina de BSO en BDO en Colombia, destaca los desafíos a los que se podrían enfrentar las organizaciones si llega a darse la nueva medida de salario mínimo. “Se puede reducir la rentabilidad de las empresas, especialmente aquellas que operan con márgenes de ganancia estrechos”.
Así mismo, detalla que el incremento del salario mínimo puede provocar que las compañías tengan que competir en un mercado laboral más ajustado. “Esto incrementa la rotación de empleados, por lo que se vuelve complejo encontrar y retener talento”, aseguró.
En comparación con otros países de Suramérica, el salario mínimo de Colombia se ubica en USD 291, (de acuerdo con valores aproximados y estimados en dólares, según la tasa de cambio vigente para cada país), colocándose en el sexto lugar de la lista. Uruguay y Chile encabezan este listado con salarios de USD 541 y USD 471, respectivamente.
Rubén Cortés, de BDO en Colombia, recomienda que las empresas revisen el diseño de puestos de trabajo. “Identificar oportunidades para optimizar los roles, asignar tareas adicionales a los empleados actuales o reevaluar la necesidad de ciertas funciones podría ayudar a maximizar la productividad y eficiencia del personal existente”, afirmó.
Finalmente, el proceso de negociación del salario mínimo para el próximo año se presenta como un desafío clave tanto para trabajadores como para empleadores, requiriendo un equilibrio entre el fortalecimiento del poder adquisitivo y la sostenibilidad económica. La atención a las fechas clave y la pronta adaptación a los cambios son fundamentales para todos los actores involucrados.
Rubén Darío Cortés Sánchez
Economista y Administrador de Empresas de la Universidad Santo Tomás de Aquino y Socio Payroll de BDO Colombia.