En esta oportunidad no voy a citar los múltiples casos de corrupción y fraude a nivel mundial, pues todos hacen el mismo análisis y terminan recomendando dos acciones:
Como lo anterior es tan efímero y amplio, quiero hacer un análisis detallado de la causa principal que ha generado dichas actuaciones, pues en todas y sin ninguna excepción están involucradas las personas y en especial y con el más alto porcentaje los hombres.
Lo primero sea recordar lo siguiente:
El amor al dinero es la causa de todos los males, esto desde los inicios de la humanidad y en la medida que se avanza en un mundo moderno y materialista, hace más proclive o propenso que dicha causa se repita y esté presente en todas las compañías a través de las personas.
Debo dejar salvedad expresa que lo moderno y material no es malo, de hecho todos los seres humanos tenemos implícito el deseo de crecer en todos los aspectos y uno de esos es el material, pero ello no implica que lo hagamos a cualquier costa pasando por encima de mandamientos o comportamientos éticos que debe tener el ser humano.
Ejemplo, desde niños siempre nos han enseñado que robar es malo, pero en la mente o actitud de muchos CEO’s, Gerentes o cualquier empleado, se comienza a generar una distorsión de este elemental mandamiento, pues tomar unos pesos o dólares de los clientes para invertirlos a un riesgo muy alto no es robar, y si por coincidencia llegan a pensar que están infringiendo reglas de mercado o de la compañía misma, será por una buena causa para la compañía (realmente esta es la segunda intención u objetivo) y obviamente por figurar como un líder exitoso lo cual no estará ajeno a ganar un sueldo muy alto y unas comisiones o bono muy significativas (primera intención u objetivo).
En el fondo, no hay que ser expertos para saber (una verdad a gritos) que detrás de todos los casos de corrupción y fraude está la causa del amor al dinero y por supuesto todo lo derivado para saciar la sed de un ser humano ególatra y materialista, que es incapaz de contenerse y como tal asume riesgos muy altos o comportamiento no éticos para obtener dinero.
Ahora bien, cómo es posible, que las compañías puedan contratar empleados o funcionarios sensibles, los cuales tomaran decisiones o manejarán los recursos más importantes de las compañías sin ni siquiera consultar sus antecedentes éticos, legales y financieros.
A continuación describiré algunos de los controles mínimos que deberían realizarse en una compañía al nivel de altos ejecutivos y algunos cuestionamientos que a mí juicio no deberían pasarse por alto dado el riesgo implícito que traen los mismos:
Por tanto, no tiene ningún sentido pensar que una persona con antecedentes de negocios quebrados, deudas vencidas o castigadas de cualquier tipo, malas relaciones en su familia o comunidad por el mal manejo del dinero, pueda ser el prototipo de funcionario que reúna los requisitos morales y éticos para manejar el rumbo o los recursos de una organización.
Cité al inicio de este texto, como los hombres son los más proclives al fraude y como dicha proporción es mucho menor en las mujeres, y no me voy a detener en detalles ya que esto tiene su sustento en muchos análisis y la evidencia misma de los hechos se pueden encontrar en libros e internet. Así las cosas, adicional a las recomendaciones anteriores, usted o su compañía dormirá mucho más tranquilo cuando las decisiones importantes en las que se asuman riesgos significativos, por lo menos esté involucrada una mujer con el poder suficiente de participar y decidir, así mismo, con la administración o custodia de activos incluyendo el dinero.
Sobra decir que los controles aquí sugeridos no son infalibles como tampoco el que los hombres tengamos la culpa de todo, se trata de que exista un sano equilibrio entre las fuerzas dados los factores analizados y cómo las compañías deben realizar sus procesos de selección tomándose el tiempo justo y necesario para garantizar razonablemente la minimización de fraude o corrupción al interior de la compañías.
Por:
Mario Chavarro
Especialista en control interno y gestión de riesgos.
mchavarro@augetotal.com
*Fuente: augetotal