Este artículo fue publicado hace más de un año, por lo que es importante prestar atención a la vigencia de sus referencias normativas.
Para el ministro de Hacienda saliente, José Manuel Restrepo, la presión a corto plazo de una reforma tributaria es mucho menor.
El 5 % de las personas naturales paga impuesto de renta, lo que equivale a un bajo recaudo tributario en el país, según la OCDE.
Con el paso de los días veremos si el nuevo Gobierno destapará sus cartas alrededor de una reforma tributaria. A esta altura todavía surge la pregunta de si es necesario o no discutirla.
Vivian Newman, directora de Dejusticia, afirma en su análisis Desigualdades en Colombia, una agenda urgente para las elecciones y el próximo gobierno que una pregunta clave en este punto es la siguiente: ¿qué cambios debería (o no) hacer el actual presidente en materia de impuestos?
Es una pregunta clave pues una de las principales herramientas que tiene un país para reducir la desigualdad de ingresos son precisamente los impuestos. Sin embargo, nuestro sistema tributario es inequitativo en varias medidas.
Por un lado, personas o empresas en idénticas condiciones terminan pagando impuestos muy diferentes, entre otros, como resultado de la abundancia de beneficios tributarios, de la evasión y de la elusión.
Por otro lado, cobrando mucho más a las empresas que a las personas, los impuestos y transferencias hacen poco por mitigar la mala distribución de ingresos.
Aunque diversos expertos han afirmado y recomendado que es urgente discutir una nueva reforma tributaria, el saliente ministro de Hacienda, José Manuel Restrepo, tiene un punto de vista diferente.
Para él, una modificación de la carga fiscal a corto plazo no es tan necesaria debido a las acciones que tomó el Gobierno de Iván Duque. Esto dijo en entrevista con Bloomberg Línea.
La presión a corto plazo de una reforma tributaria es muchísimo menor, pero claro, los gobiernos normalmente tienen ideas adicionales, propuestas nuevas que implican más gasto e inversión pública, en cuyo caso sí van a tener que identificar fuentes adicionales de recursos para financiarlo.
Para él, trabajar en una política pensional y laboral, buscar nuevas fuentes de crecimiento de largo plazo para aumentar el crecimiento potencial del país y temas relacionados con las flexibilidades de gasto e inversión pública en el Presupuesto General de la Nación son temas más urgentes que una reforma tributaria.
Para la OCDE, con la actual reforma tributaria se logrará un ajuste fiscal gradual, que debe llevar a la deuda pública a estar cerca del 60 % del PIB durante los próximos 10 años.
Sin embargo, aunque es una estabilización, continúa representando un 8,5 % por encima de los niveles anteriores a la pandemia.
Con lo anterior, aunque se debe reducir el endeudamiento, preocupa que se presente un bajo recaudo frente a las altas necesidades sociales y de inversión en sectores como los de infraestructura, educación y salud.
Los ingresos fiscales, que llegan al 20 % del PIB, no son suficientes para sostener el anterior panorama.
La entidad ha advertido que «tan solo el 5 % de las personas naturales paga el impuesto de renta, lo que constituye la principal explicación del bajo recaudo tributario, al tiempo que los gastos tributarios y la evasión reducen los ingresos en todos los ámbitos fiscales».
Mauricio Santamaría, presidente del Centro de Estudios Económicos Anif, está de acuerdo con el punto de vista de la OCDE. «En el país existe la necesidad de que más personas naturales tributen renta para equilibrar las cargas y generar mayor formalidad», afirma.
Por lo tanto, es recomendable ampliar la base de personas naturales contribuyentes con una tasa marginal progresiva.
En Colombia, solo el 4,5 % de la población económicamente activa paga renta, lo que lleva a que este impuesto se recargue solo en el 20 % en las personas naturales versus el 80 % de personas jurídicas, contrario a lo observado a nivel global.
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