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El ministro de hacienda ha dicho que el país asumió la mayor parte de las medidas necesarias para estabilizar la economía: la reforma tributaria de 2016, el aumento de tasas de interés para bajar la inflación, y la devaluación del peso para cerrar el déficit comercial.
El pasado 11 de diciembre, la calificadora de riesgos Standard and Poor’s –S&P– rebajó la calificación crediticia soberana en moneda extranjera a largo plazo de Colombia a BBB-, desde BBB con perspectiva estable.
Natalia Granados, analista de la firma Global Securities, explica en Dataifx que la disminución se debe a tres factores: bajo crecimiento, incertidumbre por las elecciones de 2018 y por la aplicación lenta del proceso de paz.
Desde su punto de vista, el principal de los factores es el leve crecimiento de la economía (del 1,6 %) estimado por la calificadora para cierre de año y «la incertidumbre que surge por las próximas elecciones que se llevarán a cabo el próximo año, y, por la leve y lenta aplicación del proceso de paz en el país», en opinión de Granados.
En el informe, S&P asegura que:
«(…) la combinación de un crecimiento más débil de lo esperado en 2017 y la dependencia parcial de ingresos extraordinarios para compensar el bajo desempeño de la reforma impositiva de 2016 demuestran la dificultad de reducir gradualmente los déficits generales del Gobierno para cumplir con la regla fiscal de Colombia.»
Al respecto, el analista José Roberto Acosta dijo en Caracol Radio que la decisión fue adoptada ante los efectos de los precios de las materias primas en la economía colombiana, a lo que se suma el alto nivel de la deuda externa y la volatilidad en los términos de intercambio.
Una vez se conoció la noticia, el ministro de hacienda, Mauricio Cárdenas, afirmó que se trata de una señal de alerta frente a la cual debe conservarse la calma. “Bajamos de BBB a BBB- pero conservamos el grado de inversión el país no lo ha perdido esta es una señal de alerta para que las decisiones fiscales posteriores desde 2019 se mantengan por la senda que hemos trazado”, dijo Cárdenas a La República.
«No vamos a bajar la guardia, seguiremos trabajando firmemente por la estabilización macroeconómica, por despejar horizontes y panoramas fiscales; es nuestro compromiso para darle confianza a los inversionistas. El país asumió ya la mayor parte de las medidas necesarias para estabilizar la economía: la reforma tributaria de hace un año, el aumento de tasas de interés para bajar la inflación y la devaluación del peso para cerrar nuestro déficit comercial», recalcó el ministro.
Acorde con la opinión de Granados, la firma argumentó su decisión, entre otros aspectos, en la incertidumbre que generan las elecciones del próximo año y en las dudas sobre la capacidad del próximo gobierno de cumplir con la regla fiscal a partir de 2019.
Al respecto, Cárdenas piensa que el mensaje que está enviando S&P es que se deben seguir aumentando los ingresos fiscales y continuar con el recorte del gasto.
S&P Global Ratings también bajó la calificación crediticia corporativa a largo plazo de Grupo de Inversiones Suramericana, Ecopetrol, Oleoducto Central Ocensa, Interconexión Eléctrica SAESP (ISA), e Isagen a BBB- desde BBB. Pese a la rebaja, estas empresas se mantienen con una calificación de perspectiva estable. S&P mantuvo para Ecopetrol la calificación de crédito individual en BB+.
«La acción de calificación en estas compañías sigue una acción de calificación en Colombia. Creemos que estas empresas no podrán superar una prueba de estrés por incumplimiento soberano. Por lo tanto, si se produce el incumplimiento de la moneda extranjera de un soberano, existe una alta probabilidad de que estas compañías también incumplan (…) La rebaja de calificación de Colombia refleja principalmente que su economía sigue sufriendo de los efectos colaterales de los precios más bajos de los productos básicos, reflejados en los altos niveles de deuda externa y una pronunciada volatilidad en los términos de comercio», afirma la calificadora.
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