Este artículo fue publicado hace más de un año, por lo que es importante prestar atención a la vigencia de sus referencias normativas.
Pasividad, desinterés por asumir retos de aprendizaje frente a aspectos novedosos, no utilidad y falta de enfoque para todo tipo de empresas, son algunos puntos que hacen que los Estándares Internacionales no sean asumidos de la mejor forma por parte del gremio contable nacional.
Álvaro Fonseca Vivas, contador público y revisor fiscal con experiencia en auditoría financiera, forense y de gestión, afirma que lamentablemente, a nivel nacional e internacional, en pregrados y posgrados, los contadores están siendo muy pasivos y no han entendido la importancia de asumir retos para aprender nuevos aspectos. Dice Fonseca:
«No leen las normas; los procedimientos y políticas no las discuten y se tiene una pasividad muy grande frente a los retos que exigen los nuevos mercados. Lo anterior, en Colombia, a sabiendas que somos el último país en Latinoamérica que entramos al proceso de Estándares Internacionales de Contabilidad y de Aseguramiento»
Por su parte, Julio César Leal Duque, gerente de Leal Consulting y especialista en legislación tributaria, coincide con la opinión de Vivas al reafirmar que existe pasividad «Los contadores públicos se limitan a la información que les llega de las capacitaciones, pero no hay aportes para resolver los posibles problemas que trae el nuevo método».
Waldo Maticorena, contador público peruano, miembro del comité de revisión de la traducción al español del IASB y gerente de IFRS Masters, recuerda que hace un par de años aun había grupos de contadores que tenían la esperanza de que los Estándares Internacionales se desmontaran.
«Felizmente hubo un grupo que tomó su destino en las manos y decidió ponerse al día con estos estándares. Para ellos, una enorme felicitación por su proactividad y por ser responsables con su profesión, con el empresariado, pero, sobre todo, con sus familias como proveedores del sustento económico.
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«Para quienes luego de la reforma tributaria ya se convencieron que no hay vuelta atrás, tengo una visión esperanzadora de que ahora la profesión quedará unificada y fomentará que todos empiecen a hablar el mismo lenguaje de los Estándares Internacionales y las NIA».
Para Maticorena, Colombia ha sido muy afortunada, a diferencia de los demás países de la región donde los contadores no deben orientar su formación a un marco normativo explícito según el tamaño de la entidad que asesoran sino que todos están obligados a hablar en términos de dichos estándares.
Finalmente, para Mauricio Gómez Villegas, profesor asociado de la Universidad Nacional de Colombia y exsubcontador General de la Nación, los Estándares Internacionales seguramente serán útiles para las empresas más globalizadas y que participen en bolsas, pero observa que muchos de sus requerimientos son inadecuados para otras empresas.
«Su enfoque, centrado en información para actores en bolsa, puede ser inadecuado para las Pymes. El peor problema, es que hubo y hay personas que creen que cambiando las normas contables se solucionan los problemas de la profesión y de la información empresarial; así se vendió este cambio. Tal concepción no es conveniente».
Para concluir, Gómez Villegas dice que muchos puntos del movimiento que se ha dado son para “cumplir” con los cambios que los decretos implican y que no sabe:
«…qué tanto el cambio de estándares está transformando la profesión, mentalidad y cultura contable de contadores y gerentes. Seguro está aportando, pero debemos hacer muchas mejoras en el sistema contable (educación, profesión, regulación, principios, educación continua, cultura contable, relación con los sectores productivos, etc.) para que la contabilidad logre los propósitos sociales que le atribuimos y esperamos»
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