Este artículo fue publicado hace más de un año, por lo que es importante prestar atención a la vigencia de sus referencias normativas.
Si hay algo que deberá tener presente el Gobierno a la hora de presentar la nueva Reforma Tributaria es que el actual régimen tributario permite que muchas empresas evadan o eludan el pago de los tributos. Por lo menos así lo piensa la senadora liberal Cecilia López Montaño cuando se le preguntó del tema en Vanguardia Liberal.
“Muchas empresas exportadoras crean comercializadoras outsourcing en el exterior, exportan a esos países sin el pago de impuestos y reportan ante la Dian precios muy bajos de los productos para después reportar a otros destinos, allí sí con el valor real de las mercancías. En conclusión, la plata de los tributos se va para otro país”.
Sin embargo para el Contador Público y especialista en Revisoría Fiscal y Auditoría Externa, Samuel Alberto Mantilla el anterior es un punto de vista totalmente falso.
«Las empresas colombianas no evaden el pago de los tributos, eso está claro. Son las más interesadas en hacerlo. Quienes evaden el pago de los tributos precisamente lo hacen por fuera de la actividad empresarial. Mi preocupación es que la carga tributaria está, precisamente en las empresas, y ello les dificulta ser competitivas, generar empleo e inversión. La carga tributaria no está llegando a quienes están por fuera de la actividad empresarial y, además del no-pago de impuestos, compiten de manera desleal: tienen unas ventajas en costos que no tienen las empresas y ello, pienso yo, es lo que se debe combatir», dice.
Además, en cuanto a lo que se refiere que el dinero va a parar a otros países, Mantilla asegura que esto no es necesariamente cierto, pero piensa que es posible que algunos funcionarios corruptos se roben algunos dineros y los trasladen a otros países. Sin embargo el problema de fondo está en el gasto fiscal, ya que ahora las cosas se están volviendo más complicadas porque los tribunales, especialmente las Altas Cortes, y los legisladores, ordenan gastos sin saber de dónde salen los dineros para cubrirlos. El gobierno, para cumplir, quita a un sector para hacer los pagos, pero el problema se mantiene.
Una posición más neutral es la que presenta Vladimir Martínez R, miembro del equipo de auditores Nasaudit.
«Hablar de evasión no es apropiado en razón a que esto se constituye en una afirmación. Es más apropiado hablar de eludir y esto se debe a que las normas permiten interpretaciones. Para impedir esta situación se debe construir una reforma tributaria bien elaborada que recoja la normatividad actual para que sea muy bien estudiada antes de su aprobación, es decir, que sea algo similar a los USGAAP que no dan lugar a interpretaciones», afirma.
Surge entonces la inquietud de que si sería inteligente pensar en eliminar los aportes parafiscales, estandarizar las tarifas y eliminar múltiples exenciones tributarias que dejan un hueco fiscal.
«Antes de pensar en reducción o unificación, se debe hacer el presupuesto de la Nación reduciendo al máximo los gastos sin afectar el desarrollo del país. Debe manejarse como cualquier empresa del orden privado exitosa», dice Martínez.
Y enfatiza que el Gobierno debe tener en cuenta el monto del déficit fiscal y el gasto proyectado a mediano o largo plazo, incluida la reducción de este último, pero sin afectar la inversión social, infraestructura y seguridad con el fin de cubrir y asegurar la financiación del Estado sin hacer reformas anuales.
Por su parte Mantilla piensa que lo relacionado con los aportes parafiscales es un problema diferente ya que se relaciona directamente con la nómina. Por otra parte, si hubiera equidad en el gasto, si los dineros públicos se utilizaran bajo procesos estrictos de gobierno corporativo, si el ciudadano viera que sus impuestos están retribuidos con mejor calidad de vida, seguridad social, transporte, etc., pues sencillamente el ciudadano estaría de acuerdo con eliminar los aportes parafiscales. Pero recortarlos sin arreglar lo otro, lo único que hace es reducir el salario y ello va en detrimento de la calidad de vida. Así que la disciplina en el gasto es clave.
«Diferente a ello es lo relacionado con las exenciones, dado que favorecen a algunos sectores, ‘para que no paguen impuestos’, pero ello no se ve en incentivar el desarrollo económico, el empleo, la inversión. Por lo tanto, lo que hay es inequidad: unos pagan y otros se favorecen», afirma.
Lo que sí hay que tener presente es que se debe mejorar la eficiencia a la hora de hablar del recaudo, el cual está amenazado por una cantidad de exenciones tributarias.
«Aunque ha habido pasos importantes en reducir la evasión en renta hasta un 30% y las del IVA a un 21%, el problema es que la base tributaria se ha ido reduciendo por cuenta de las exenciones. Colombia tiene un promedio inferior al 17% cuando se habla de Recaudo/PIB», afirma la Contadora Pública, Julieta Aristizábal.
Fundada en el año 2000 con la misión de “elevar el nivel profesional del Contador Público”
