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En Colombia, y desde el punto de vista de un informe publicado por el Consejo Privado de Competitividad, el esquema de pensiones tiene un carácter regresivo. Los subsidios pensionales otorgados por el RPM se concentran en la población de mayores ingresos a pesar de tener menores tasas de reemplazo.
El Consejo Privado de Competitividad –CPC– en su Informe Nacional de Competitividad 2018-2019, analiza dos componentes característicos del sistema pensional nacional, como son la equidad y la sostenibilidad del mismo. Sobre el primer componente y desde el punto de vista de la entidad, en Colombia el esquema de pensiones, especialmente el régimen de prima media –RPM– tiene un carácter regresivo.
«Los subsidios pensionales otorgados por el RPM se concentran en la población de mayores ingresos a pesar de tener menores tasas de reemplazo. En el RPM una persona con un ingreso promedio de 20 smmlv recibiría 770 millones de pesos como subsidio para financiar su pensión contributiva, mientras que un cotizante con ingresos equivalentes a 3 smlmv obtendría 170 millones de pesos», afirma el informe.
Para el CPC, los cotizantes que no cumplen con las condiciones para recibir una pensión mínima, típicamente personas de bajos ingresos e inestables en materia laboral, son quienes financian estos subsidios. Es así como un afiliado que cotice por un salario mínimo y que no logre pensionarse habrá subsidiado con un millón de pesos por año de cotización al sistema. En la práctica, los cotizantes que no logran recibir una pensión constituyen el 65 % del total.
Los sistemas de reparto son sostenibles siempre y cuando haya más jóvenes aportando y así garantizar las pensiones de los adultos mayores. En Colombia, la proporción de adultos mayores aumentará considerablemente en los próximos años, mientras que la población económicamente activa tenderá a reducirse, hecho que se conoce como el agotamiento del bono demográfico. De continuar con los mismos niveles de informalidad laboral, en el 2050 el número de cotizantes por cada adulto mayor será solo de 0,6 frente al 2,3 de hoy.
«Esta dinámica se traducirá inexorablemente en un mayor costo fiscal para el país si se mantienen las condiciones actuales. Para 2018 se estima que el gasto público en materia pensional será cercano al 4,2 % del PIB. No obstante, este gasto no es eficiente en materia de equidad ni tampoco contribuye a una mayor cobertura: Colombia es el país con el mayor gasto del PIB por punto de cobertura pensional frente a países de referencia, ubicándose muy por encima del promedio regional», afirma el informe.
Una causa de peso detrás de los problemas de sostenibilidad se encuentra en la estructura del RPM. En este, la tasa de reemplazo se encuentra entre 65 % y 80 %, cifras muy superiores a lo que sería sostenible en los próximos años. Mariano Bosh, coordinador de pensiones del BID, asegura que para que el RPM sea sostenible se requiere una tasa de reemplazo del 18 %. Adicionalmente, la pensión máxima en Colombia equivale a 12 veces el PIB per cápita (la segunda más alta entre 16 países de América Latina y la OCDE). En comparación, la pensión máxima es aproximadamente tres veces el PIB per cápita en países como Argentina, Costa Rica o Ecuador.
Finalmente, los problemas de sostenibilidad se ven agudizados por el gran número de traslados que se realizan anualmente desde el RAIS hacia el RPM. «Los ahorros pensionales provenientes del RAIS reducen el costo pensional actual, pero generan pasivos a futuro que ponen en riesgo la sostenibilidad del sistema en el largo plazo. Con el fin de optimizar los traslados entre regímenes, se reglamentó la doble asesoría pensional, pero, a pesar de esto, los traslados del RAIS hacia Colpensiones solo se redujeron 3,6 % entre 2016 y 2017», concluye el informe.
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