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Creación de empleo de baja calidad impulsa reciente demanda laboral en Colombia


Creación de empleo de baja calidad impulsa reciente demanda laboral en Colombia

El empleo no asalariado viene creciendo en el país desde finales del año anterior, y en los últimos meses ha repuntado en un 2 %. En consecuencia, se observa un crecimiento de los ingresos salariales de los trabajadores no asalariados. Trabajos de baja calidad se imponen para varios perfiles.

El Banco de la República, en su reporte del mercado laboral titulado Señales de recuperación de la demanda laboral urbana impulsada por una mejoría en el crecimiento económico, explica que actualmente los nuevos y pocos puestos de trabajo que se están creando en el país se caracterizan por tener salarios bajos, y en ocasiones carecen de remuneración alguna.

Aunque desde inicios del año anterior la reducción de la tasa de ocupación es generalizada en todos los grupos poblacionales, en los últimos meses se observan cambios para los trabajadores con menor escolaridad y los que no son jefes de hogar. El informe dice que «estos trabajadores, por su menor formación educativa y su menor experiencia, tienen un retorno menor en el mercado laboral formal, por lo cual se emplean con mayor probabilidad en el sector no asalariado».

La mayor ocupación de este tipo de trabajador va de la mano con una mejor dinámica del empleo no asalariado. La tasa de ocupación para los trabajadores que cuentan con un máximo de 11 años de educación alcanzó su punto más bajo en noviembre de 2017, y se ha incrementado alrededor de un punto porcentual a junio de 2018. Por otra parte, la tasa de ocupación para “no jefes de hogar” a mayo de este año se incrementó en un punto porcentual después de febrero.

El informe del Banco de la República afirma que la fuente principal del impulso reciente de la demanda laboral es la creación de empleo de baja calidad. «Mientras la tasa de ocupación asalariada se ha mantenido alrededor de 31 % durante los últimos tres años, la tendencia decreciente del empleo no asalariado se rompió a finales de 2017 y se observa un repunte en los últimos cuatro meses de alrededor de 2 %».

La anterior tendencia también se observa al analizar el empleo formal e informal: mientras el crecimiento del primero se ha venido reduciendo y actualmente es nulo, la tasa de crecimiento anual del empleo informal para mayo y junio de 2018 fue de 2,6 % y 1,1 %, respectivamente.

“Los crecimientos de los ingresos laborales son más pronunciados para los trabajadores no asalariados, lo que va de la mano con el repunte de la demanda de empleo de baja calidad”

En relación estrecha con lo anterior también se observa un crecimiento de los ingresos salariales de los trabajadores no asalariados. Así pues, el informe indica que, aunque el crecimiento del empleo de baja calidad no es el principal motor de desarrollo de una economía, esta puede ser una buena señal. El empleo no asalariado viene creciendo desde inicios de 2009, mientras que desde 2010 se observó una tendencia favorable en el empleo asalariado. «Esto es consistente con la evidencia de que los miembros secundarios del hogar, con menor calificación, pasan de actividades fuera del mercado laboral a buscar un empleo no asalariado en períodos iniciales de recuperación», asegura el informe.

Los crecimientos de los ingresos laborales son más pronunciados para los trabajadores no asalariados, lo que va de la mano con el repunte de la demanda de empleo de baja calidad. A mayo de 2018, indica el informe del Banco de la República, se observa un crecimiento real en los ingresos laborales de los asalariados de 0,2 % anual; una cifra muy inferior a la observada para los no asalariados que es del 2,7 %, quienes en los últimos tres meses han presentado variaciones positivas en su demanda laboral.

Desde el punto de vista de la investigación, «durante los últimos dos años de desaceleración económica, los crecimientos sostenidos de los salarios de los menos educados se explican por el comportamiento del salario mínimo»; ya que  estos trabajadores, en su mayoría, reciben un ingreso muy cercano al salario mínimo.En contraste, los trabajadores calificados con mayores años de educación presentan reducciones importantes en su salario.

Lo anteriores resultados significan una mayor flexibilidad en los salarios de los trabajadores calificados, al compararlos con los de aquellos que están más afectados por el salario mínimo.

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