La amplia brecha entre el nivel del salario mínimo y la productividad de los trabajadores podría ser una causa para no vincular personas de manera formal.
La flexibilidad laboral, a niveles del salario mínimo, podría ser beneficiosa para vincular poblaciones de difícil empleabilidad.
Las cifras de desempleo para marzo de 2022, entregadas por el Dane, presentan diversas dinámicas. Según el Centro de Estudios Económicos Anif, se destaca que las mujeres continúan retornando al mercado laboral, dejando así la inactividad en la que han estado desde marzo de 2020.
De igual forma, la posición de empleados particulares sigue jalonando el crecimiento de la ocupación, lo que favorece a la formalización de la economía.
Sin embargo, todavía se enfrentan grandes retos como las amplias brechas de género, el alto desempleo de los jóvenes y las altas tasas de informalidad laboral.
Una de las razones por las que se presentan dificultades para vincular trabajadores en empleos formales es la amplia brecha entre el nivel del salario mínimo y la productividad de muchos trabajadores en ese segmento. Esta tal vez sea la razón principal desde el punto de vista del documento El mercado laboral en Colombia: diagnóstico y recomendaciones para un funcionamiento más equitativo y eficiente.
Esta brecha es mayor para labores cuyo requerimiento de tiempo es una fracción del mes, por cuanto en Colombia el salario mínimo está expresado en términos mensuales (no por día u hora como en otros países) y los pagos de cotizaciones de seguridad social y otras obligaciones no salariales del empleador deben hacerse por un ingreso base de cotización igual o mayor al salario mínimo.
Las normas del piso de protección social y el trabajo por días han abierto la posibilidad de generar cotizaciones por fracciones de ese nivel mínimo de ingreso para trabajadores independientes y aquellos que trabajan por días; no así para quienes trabajan o podrían trabajar en jornadas de medio tiempo.
Es necesario, desde el punto de vista de la Facultad de Economía de la Universidad de los Andes, autora de este informe, que se amplíen los espacios de flexibilidad laboral para cubrir jornadas parciales, típicas en algunos sectores de producción, así como flexibilizar también el nivel de salario mínimo para grupos poblacionales de difícil empleabilidad.
En la medida en que las personas que no han conseguido un empleo formal son un número amplio, la intención de esta propuesta no es desmejorar las condiciones de los trabajadores. Se trata de buscar garantizar mejores condiciones de quienes hoy no gozan de derechos que, aunque mandados por la ley, no se compadecen con las realidades de las capacidades productivas del país.
María Claudia Lacouture, presidenta de Aliadas, opina que la lucha contra el desempleo se debe dar apuntando a una flexibilidad laboral que diferencie el trabajo del campo y el de las ciudades. Esto manifestó en entrevista con Portafolio:
No se pueden tener unos parámetros igualitarios en el campo y en la ciudad, tiene que ser diferenciado. Ahí hay unas variables que se aplican diferente en esa flexibilidad laboral.
El Consejo Privado de Competitividad –CPC– es una de las entidades que ha sugerido puntos para que Colombia cuente con un mercado laboral más eficiente: